Otra vez obligada por mi padre a volar horas para cumplir su capricho, está vez, el destino era Estados Unidos, destino de la Copa América 2024.
Desde el 2019 me tenía viajando esperando que sea la fotógrafa oficial de la selección Argentina, desde chica me había hecho estudiar distintas carreras y tecnicatura. relacionadas al deporte y al futbol, el fue un futbolista muy importante y luego se consagro como el director técnico de la selección, vivimos peleando hasta que decidí combinar la pasion de el con el arte, la fotografia.
Me encontraba en un vuelo de primera clase con la mayoría de las novias de los jugadores, o al menos algunas de ellas. Chicas completamente superficiales, hablando de cosas que para mí nunca tuvieron sentido, marcas de maquillajes, eventos y diversas cosas que poco tenían que ver con mi manera de ser, terrenal y energética, desde chica siempre estuve conectada con el mundo esoterico, que paradójico haber nacido en el mundo mas frívolo como lo es el futbol.
—Vos Gaia, qué nos contás de tu vida?— Caro, la mujer de Tagliafico, una de las que mejor me caia de todas ellas, se dirigió a mi cortando la charla del resto y sacándome de mi burbuja.
—Sacando fotos y cumpliendo los sueños de papá— Dije sarcásticamente. Ellas sabían que yo no estaba muy conforme con todo esto y trataban de hacerme pasar los mejores momentos posibles, pero mientras ellas se divertían yo estaba siguiendo a sus maridos en los entrenamientos tratando de que me hagan caso para hacer fotos.
—Ay Gai, tenés que empezar a ver nuevos horizontes, empezar a buscar tu camino en la vida, yo se que este trabajo te sirve muchísimo económicamente, pero tenes que empezar a hacer algo que te haga felíz— Antonella apareció en la charla con una sonrisa y un consejo acertado como los que ella solía dar.
—Lo sé chicas, de momento no tengo escapatoria— Me resigne esbozando una sonrisa invertida.
—Y yo en tu lugar iría por Rodri, ahora que está soltero y entre nosotras sabemos que no está nada mal— Caro tiró el comentario y todas nos empezamos a reír.
Lo que ellas realmente no sabían es que en mi cabeza rondaba un amor prohibido, quizá más un capricho por algo que sabía que no podía tener, que nunca me iba a tratar como yo realmente quería, venía teniendo encuentros con Enzo hacia unas fechas atrás, obviamente, el estaba con Valentina, no la iba a dejar, además de que cada vez parecía querer procrear más hijos, la culpa me consumía y las cosas no iban para nada bien con el, sus tratos eran horribles y Valentina nunca se había portado mal conmigo, cada vez que la tenía cerca no podía parar de sobre pensar, angustiarme y agitarme.
Llegábamos a destino, las chicas se fueron a encontrar con sus diversas parejas mientras yo fui a buscar a mi papá a su habitación de hotel.
—Hola mi reina, ¿Cómo estás? — Me abrazo fuertemente, si, de eso no tenía ninguna duda, el amor que me tenía mi papá era el más puro y lindo.
—Hola pa —Lo abrace —Cansada, no pude dormir mucho con los loros en el vuelo— Se rió.
—Es mejor eso que estar en el avión con los hombres, no aguantas un segundo el olor que emanan— Volvió a abrazarme y reírse. — Toma, la habitación 307 es la tuya, perdón, es justo al lado de la de Rodrigo, Gio y Leo, si te molestan o hay mucho ruido me avisas, a penas se desocupe otra suit, me dijeron que me avisaban. — Me dió la tarjeta de mi suit y le agradeci nuevamente.
Me diriji a mi habitación y a penas llegué ya tenía un mensaje."morocha, me enteré que llegaste, estoy en la 405, si querés darte una vuelta más tarde te espero, aprovechemos que valen llega en unos días" - Enzo.
"duermo una siesta y voy"- Gaia
Le respondí con toda la culpa del mundo, me dolía estar haciendo esto, pero teníamos algo magnético, o al menos eso percibía, la razón por la que venía a estos viajes era porque no quería perder los pequeños momentos que me daba y en los que sentía que yo si era parte de su vida.
Dormí unas dos horas, me di una ducha rápida, me cambie con algo informal, despues Enzo me habia visto en todos mis estados y me dirigí a la 405, golpee un poco insegura y nerviosa.
—Pasa— Se percató de que no haya nadie cerca en el pasillo y me miró, cerró la puerta rápidamente detrás mío y me besó apasionadamente, lo corte un poco acercándolo hacia la cama.
—Para Enzo, quiero saber de vos, hace un montón no nos vemos— Quería saber de el, como estaba, que le había pasado todo este tiempo.
—Eso lo hablamos despues—Continuo besándome hasta que ambos terminamos rendidos en la cama
—Bueno gorda, anda a tu habitación, nos vemos en la semana, no me mandes mensajes, te mando yo— Me paso parte de mi ropa y me empujo suavemente para que me vista rápido, no le respondi e hice lo que me pidió. Me dolía muchísimo que actúe asi conmigo, cuando lo conocí era un chico dulce, que mostraba interés, que me persiguió meses diciéndome que era la mujer de su vida solamente para acostarse conmigo, era totalmente conciente de eso, pero una parte de mi pensaba que ese Enzo podía volver.
Sali de esa habitación rápidamente pero me choque con un cuerpo alto en el camino. —Pendeja— Me abrazo fuertemente, levante la mirada y ahi estaban Rodrigo y Leandro, al soltarme salude con un beso a Leo y volvió a hablar —No hace ni cinco horas que llegaste y ya volviste a caer en esa— Señalo la habitación de Enzo haciéndome sentir avergonzada— Yo te dije siempre que ese pibe es un tarado, pero bueno, contame de vos— Rodrigo sabia absolutamente todo, no solo era mi amigo si no que tambien en los vestuarios, Enzo se había encargado de contar orgulloso e había podido con la hija de su director técnico.
—Nada, llegamos recién con la chicas, lista para seguirlos cual paparazzi de LAM — Ambos se rieron ante mi comentario —¿Por que no vino Camila?— Le saque charla a Leo, no hablaba mucho ni con el, ni con Camila en realidad, pero tenia que cortar el momento tenso que Rodrigo había creado.
—Porque tenia que hacer campañas para su marca, creo que va a llegar en unas dos o tres semanas, me esta haciendo extrañar a los nenes— Dijo haciendo un leve puchero al final —Pero bueno, estamos todo el tiempo juntos, estos dias separados nos van a venir bien.— Mientras hablábamos de las cosas cotidianas de la vida nos dirigíamos hacia nuestras habitaciones.
—No puedo creer que estes al lado de nuestra habitacion, nos esperan muchas noches de mates y peliculas pendeja— Rodrigo se despedía mientras entraba con Leo a su habitación.Bueno, espero que les guste las cosas que hago cuando tengo viajes largos matutinos hacia mi facultad.
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A ESCONDIDAS - Leandro Paredes
Fanfiction-¿En que momento terminamos así? -Lo mire directo a los ojos -No sé, tampoco se como vamos a salir de todo esto, pero no me arrepiento de nada. - Me abrazo.