Javiera.
Me desperté y me di cuenta de que no estaba ni el Jere ni el Furia, me senté en la cama y justo salió el Jere del baño con la toalla amarrada a la cintura y el pelo mojado.
–Buenos días princesa, se me quedaron las cosas, perdón —dijo agarrando sus cosas y entro al baño.
Conchetumare... hoy va a ser un día difícil.
Luego de unos minutos volvió a salir, ahora si estaba vestido.
–¿Cómo durmio?
–Bien ¿y tú?
–Bien, en la mañana me cambie de cama para que el Furia no cachara.
–Ahh ya, ¿desocupaste el baño?
–Si, pase noma —termino de ponerse perfume.
Agarre mis cosas y pase por su lado, pero el me detuvo agarrándome del brazo.
–¿Ni un besito?
–Me desperté recién —me reí y entre al baño.
[...]
Ya estamos almorzando todos juntos, yo estoy comiendo lasaña, lo más rico.
–Con la Ara vamos a ir a recorrer —dijo el Cris.
–Yo también quería ir —dijo el Mateo.
–Vamos juntos po —dijo el Furia.
–¿No quieren ir ustedes también? —preguntó el Cris mirándome a mi y al Jere.
–Yo no quiero —dije tomando bebida.
–Yo estoy cansado —dijo el Jere.
–Ya —dijo el Cris.
Seguí comiendo y sentí una mano en mi muslo, mire disimuladamente la mano del Jere sobre mi muslo, cuando lo mire el sonrió.
Maldito.
–¿A que hora es el vuelo? —pregunté.
–A la 11 tenemos que estar en el aeropuerto.
–Tenemos todo el día —dijo la Ara.
[...]
Todos se fueron a pasear y yo me quede en la habitación sola con el Jere.