Después de ser engañado por la santa humana y crear un lazo contra su voluntad Arandel tendrá que recuperar la confianza de su pueblo, su raza, los compañeros y por sobre todo tendrá que recuperar la confianza en si mismo. Desconfianza y dolor que s...
Una aldea perfectamente construida, una civilización de criaturas que no identificaba se alzo en el bosque dentro de su territorio sin que él lo supiera. Tal cosa le causo resentimiento por su descuido y los seres que albergaba el bosque.
Cruzaron los puentes y caminos formados por una combinación de piedra y madera que a plena vista parecía algo hecho por la propia naturaleza, los habitantes se asoman al igual que las criaturas del bosque curiosos por sus presencias, hablaban en un idioma demoniaco demasiado rustico para entenderse. Demasiado viejo sin modismos actuales, miro tanto como ellos los observaron, no solo era el habla antiguo, la ropa, casas incluso detalles pequeños como las banderas o decoraciones eran demasiado viejos. Algunos ni siquiera pudo reconocerlos, otro detalle que le causo desconfianza fue que no vio ni un solo cachorro o niño entre los demonios, muchos eran adolescentes casi adultos pero no había ni un solo menor entre ellos.
Llegaron al tronco del árbol era tan extenso que si elevaba la cabeza no podría ver mas allá del follaje de hojas este era un árbol antiguo se atrevió a decir que de los primeros en germinar sobre la tierra del bosque. Los aldeanos los rodearon a una distancia considerable, se mantuvo quieto en espera de ataque pero ellos seguían murmurando y llamando un nombre que no reconoció ni entendió. De pie frente al tronco espero junto a los siervos de Cicate, el enorme hombre de cuatro brazos lo miraba cada cierto tiempo. Quiso gruñirle una advertencia pero antes de hablar el árbol frente a ellos se alumbro con un sello en espiral y runas elementales la forma de un nuevo demonio apareció.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lou se aparto dejando el camino libre para él, se adelanto enfrentándose al guerrero, él guerrero lo analizo primero luego a Cicate y después al grupo de seres tras ellos. Aquel demonio desconocido realizo una reverencia corta apartándose, permitiendo que ingresara al árbol, el interior era extenso un espacio grande con construcciones de vivienda dentro en aspecto limpio y liso junto a la naturaleza, varios espíritus volaron en el lugar.
"Mi nombre es Legorias, soy el segundo jefe de nuestra gente hemos esperado la llegada de la Präztire por mucho tiempo, admito que no en tal estado, pero la esperábamos con ansias"
Este demonio si tenia un lenguaje mas entendible, mientras hablaba se giro guiándolos hacia una escalera en espiral que subía por los costados del tronco le siguió hasta la mitad de la escalera otras runas se iluminaron dejando a la vista una puerta que se abrió para ellos.
"Evonie, la Präztire esta aquí junto a su Drugar"
"Gran espíritu materno"
Un grito horrorizado se elevo por la nueva habitación, una hembra algo pequeña se acerco a ellos corriendo otro grito se elevo en cuanto la mirada de la hembra encontró el arma enterrada en las carnes de sus cuerpos. La preocupación era tan honesta que sintió empatía por la pequeña mujer, se pregunto de donde conocían a Cicate y que significaba la palabra por la que seguían llamándola.
