ARANDEL

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Rio apreciando la relación tan extraña que se formaba entre dos seres tan diferentes, su antepasado volaba quejandose y Cicate le ignoraba concentrada en su entrenamiento. De muy mala manera descubrieron ambos que la menor tenia mas idea de como volar que su antepasado de como enseñar a otros. La solución propuesta, una cuerda magica atada a la cintura de Cicate que la dejaba guindando en el aire mientras su antepasado volaba y le explicaba o se quejaba como ahora.

"No eres tan buena aprendiendo como presumias antes"

"Señor, me lanzaste al vacio sin avisar" Ella extendio las alas siguiendo las corrientes y aleteando cuando se iban, se concentraba en mover tres alas en cincronia de las otras tres y no todas al tiempo o un ala diferente a las otras como tentaculos "No me enseñaste"

"Que niña tan malcriada eres" La quimera se fijo en Cicate volando por debajo de él a su sombra, después de tener que atraparla cuando no la menor no regreso volando él parecia interesado en ella "¿Que ibas a hacer si no frenabas la caida?"

"Se hechizos de protección" 

El tono de voz en Cicate no demostro realidad ni fuerza en el hecho.

"Malcriada y mentirosa"

Ella suspiro por las palabras de su antepasado.

"Se la base de su funcionamiento, no es un hechizo, es un instinto propio de los bellum en nuestras alas" ella abrio los brazos como si flotara doblo la mano señalando las alas blancas donde las venas brillaron en colores "Son como un escudo, incluso una barrera de protección que se envuelven alrededor del cuerpo de los bellum"

Su atepasado las observo atento, la seriedad se reflejo en los razgos masculinos.

"Ahora entiendo como funciona" El volvio la mirada atento a un grupo de depredadores voladores que pasaban lejos de ellos en manada "No deberias fiarte mucho de eso, no siempre les funciona bien a los de tu especie"

La información se lanzo al aire, se pregunto si Cicate la entenderia, él conocia la historia gracias a Theras y recordaba los rumores sobre la Quimera herida que circulaban en los pasillos de los recuerdos. La bestia creada para matar dioses, enemigo de todos "La paria de las razas" se autoproclamo él hombre mismo. Pero ella ¿Lo notaria? 

"Es comprensible, el Mestive me lo explico, nuestra protección se deriva de nuestra fuerza magica y nivel de poder" ella aleteo ahora mas confiada en el proceso "¿Te has cruzado con muchos bellum señor?"

"Bellums, Dewen, Demonios, elfos, dragones, Humanos, Viboras de tierra y agua" el se mostro aburrido por cada especie, como si los encuentros no fuesen más que un ciclo sin fín de astio para él "Todos ellos, siempre el mismo resultado"

"Tantas aventuras señor" Cicate sonaba plenamente alegre, el solo imaginar cada encuentro era maravilloso para ella "Debes conocer a muchos otros seres, lamento lo que dije antes sobre tus seres queridos señor"

Su antepasado tan solo tarareoro sin mirar a la niña que no entendia el significado de las palabras, el resultado que predominaba era la propia vida de la Quimera, si él seguía vivo todos aquellos que conocio ya no se encontraban entre los vivos.

Su antepasado decidio no hablar más, volaron por diferntes lugares hasta que la luz del sol se atenuo y el cielo cambio sus colores tiñendo el paisaje con azul, naranja y amarillo. El gruñido de su antepasado los alejo a ambos de disfrutar de la vista, giraron la cabeza observando al mayor.