Capítulo 3: Mordisco

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Madison:

Desperté, era pronto, el cielo todavía estaba naranja.

Seguía acostada en el pecho de Carl.

Lo miré fijamente mientras dormía.

Se veía tan... guapo.

No Madi no, no puedes pensar así, lo conociste ayer y es hombre, ya sabes lo que prometiste de pequeña.

FLASHBACK:

Entré al cuarto llorando después de "jugar" con mi padre.

Abrí mi diario y comencé a escribir.

"Querido diario, estoy harta de jugar con papá. Cada vez que juego me duele mucho ir al baño después, no me gusta nada este juego. Prefiero cuando jugaba con él a las Barbies. Este juego es muy raro".

Seguía llorando y me prometí una cosa.

Volví a abrir mi diario.

"Para la Madi del futuro: nunca más juegues con papá. Él dijo que cuando sea grande iba a querer jugar siempre con los niños de mi edad, así que tengo una cosa clara, aléjate de los hombres. Como dijo una vez mamá, todos son iguales, son mala influencia y traen problemas".

FIN DEL FLASHBACK

Solo tenía 7 años ahí...

Decidí hacer caso a mi yo del pasado, al fin y al cabo tenía razón, todos los hombres eran iguales, como Jimmy, mi ex novio.

Siempre quería "jugar", y si yo le decía que no, me obligaba o me pegaba.

Por lo tanto era mejor no enamorarme ni llevarme bien con Carl.

Me levanté cuidadosamente para no despertarlo y salí fuera.

Allí estaba Daryl, abriendo una ardilla que había cazado.

- Hola Daryl - dije y me senté a su lado.

El me miró con cara de extrañado.

- ¿Eres la hermana de Dylan, cierto? - me preguntó.

Yo asentí.

- Es muy buen chico - dijo - desde luego le está empezando a devolver la alegría a Carol, después de lo de Sophia le costó bastante sonreír.

Yo agaché un poco la cabeza.

- Voy a hacer algo para desayunar, ¿quieres? - preguntó.

- Si, gracias - dije y le seguí.

Fuimos hacia un coche que ponía: "Sophia quédate aquí", donde encima del capó habían varios botes de comida.

Daryl cogió una lata de alubias y me las dio.

Empecé a comerlas, tenía mucha hambre.

- ¿Eso lo escribisteis vosotros? - pregunté señalando con la cabeza lo que había escrito en el coche.

- Si, fue cuando Sophia desapareció, teníamos esperanzas de que volviese, y en caso de que apareciera si no estábamos tenía comida, y ella ya sabría que vendríamos a por ella por lo que
escribimos - dijo abriendo una lata de atún.

Abrió una lata de aceitunas y se las puso al lado del atún, y una botella con un poco de agua fría.

- ¿Para quién es ese desayuno tan perfecto? - dije sonriendo.

- Para Dylan, él se merece algo a cambio de hacernos sonreír - dijo y se fue.

Realmente lo quieren.

Carl Grimes fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora