La tensión entre Rin y Mariana seguía aumentando, pero esta vez no por una discusión o por el distanciamiento de Rin. Algo más profundo estaba ocurriendo. Cada día que pasaban juntos, cada mirada que intercambiaban, aumentaba la presión que ambos sentían, como si algo estuviera a punto de explotar entre ellos. Sin embargo, ninguno se atrevía a dar el primer paso.
Mariana notaba que Rin estaba cada vez más pensativo. Aunque seguía concentrado en su entrenamiento y en los partidos, había momentos en los que su mirada se quedaba fija en ella más tiempo del habitual. Aunque él intentaba disimularlo, ella podía ver que algo estaba cambiando dentro de él. Rin, por otro lado, estaba luchando consigo mismo. No sabía cómo poner en palabras lo que sentía, y eso lo frustraba. No era el tipo de persona que expresaba sus emociones fácilmente, y ahora estaba en una situación que lo hacía sentir completamente fuera de control.
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Un encuentro bajo las estrellas
Esa noche, el equipo de Blue Lock tuvo un merecido descanso después de varios días intensos de entrenamiento. Algunos jugadores se reunieron en grupos pequeños para relajarse, mientras que otros simplemente se fueron a dormir temprano. Mariana decidió salir a caminar un rato por los alrededores del complejo deportivo. Le gustaba el aire fresco de la noche, y le ayudaba a aclarar sus pensamientos.
Caminando sola bajo el cielo estrellado, sintió una paz que no había experimentado en días. Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida cuando escuchó pasos detrás de ella. Se giró lentamente y vio a Rin, caminando hacia ella, con las manos en los bolsillos y la mirada fija en el suelo.
"¿Rin?" preguntó, sorprendida de verlo allí tan tarde. "¿Todo bien?"
Rin no respondió de inmediato, pero se detuvo a unos pasos de ella. Por un momento, solo se quedó en silencio, como si estuviera buscando las palabras correctas. Mariana, acostumbrada a sus silencios, esperó pacientemente, sabiendo que cuando Rin estaba así, lo mejor era dejarlo hablar a su propio ritmo.
Finalmente, Rin levantó la vista y la miró a los ojos. "No puedo seguir ignorando esto," dijo, su voz tensa pero sincera.
Mariana frunció el ceño, sin entender del todo. "¿Ignorar qué?"
Rin dio un paso más cerca de ella, sus ojos reflejando la confusión y el conflicto que sentía. "Lo que está pasando entre nosotros. No puedo dejar de pensar en ti, Mariana. No importa cuánto lo intente, siempre estás en mi mente, y ya no puedo fingir que no siento nada."
Mariana se quedó inmóvil, su corazón latiendo con fuerza. Había esperado este momento, pero ahora que estaba frente a ella, no sabía cómo reaccionar. Sabía que Rin no era alguien que hablara de sus sentimientos a la ligera, y que lo que estaba diciendo en ese momento era algo extremadamente importante para él.
"Rin..." comenzó, pero él la interrumpió.
"No es fácil para mí decir esto," continuó él, dando un paso más hacia ella. "Siempre he pensado que el fútbol era lo único que importaba. Que no había espacio para nada más. Pero... contigo, todo es diferente. No puedo dejar de sentirme así, por más que lo intente."
Mariana lo miró en silencio, sorprendida por la intensidad de sus palabras. Nunca había visto a Rin tan vulnerable, y eso la hizo darse cuenta de lo importante que era para él todo lo que estaba diciendo.
"Rin," dijo suavemente, acercándose a él y colocando una mano en su brazo, "yo también siento lo mismo. Desde el principio, supe que había algo entre nosotros, algo que no podíamos ignorar. Pero no quería presionarte."
Rin la miró a los ojos, como si estuviera buscando alguna señal de duda en ella, pero solo encontró sinceridad. Respiró hondo, sintiendo cómo su pecho se relajaba por primera vez en mucho tiempo.