Después de regresar a Tokio, la vida de Rin y Mariana volvió a su ritmo habitual, pero con algunos cambios sutiles. Aunque ambos seguían enfocados en sus objetivos personales, la cercanía entre ellos había crecido tanto que era imposible no notar cómo sus vidas comenzaban a entrelazarse más profundamente. Sin embargo, con esa conexión vinieron nuevos desafíos.Rin seguía comprometido con su entrenamiento en Blue Lock, preparándose para los torneos y buscando mantener su lugar como uno de los mejores jugadores jóvenes de Japón. Mariana, por su parte, había vuelto a sus estudios de intercambio y estaba terminando sus últimos proyectos académicos. La carga de responsabilidades en sus respectivas vidas empezaba a pesar más que antes.
El peso del éxito
Rin se estaba entrenando más intensamente que nunca. Sus entrenadores le exigían al máximo, y cada día era una lucha por mantener su lugar. El fútbol siempre había sido su escape, su manera de demostrar su valía y controlar su destino, pero últimamente sentía que algo había cambiado. El estrés por lograr la perfección comenzaba a filtrarse en otras áreas de su vida.
Un día, después de un largo entrenamiento, Rin regresó a su apartamento completamente exhausto. Mariana lo esperaba en la puerta, sonriendo como siempre, pero él apenas la miró antes de desplomarse en el sofá.
"¿Todo bien?" preguntó Mariana, preocupada por su silencio.
Rin cerró los ojos y suspiró profundamente. "Estoy cansado... es todo."
Mariana se sentó a su lado, pasando una mano por su cabello. "Has estado entrenando sin parar. Deberías descansar un poco, Rin."
"Es fácil decirlo," murmuró Rin, con un tono más amargo de lo que pretendía. "Pero si me detengo, otros me superarán."
Mariana frunció el ceño. Sabía cuánto significaba el fútbol para Rin, pero también veía cómo esa presión constante estaba afectando su estado de ánimo. "No digo que dejes de esforzarte, solo que te tomes un momento para respirar."
Rin no respondió de inmediato. Sabía que tenía razón, pero sentía que no podía darse ese lujo. En Blue Lock, cada momento de debilidad podía costarle su futuro.
Tensiones no resueltas
Conforme pasaban los días, la distancia entre ellos comenzó a notarse. Rin estaba cada vez más concentrado en su entrenamiento, y aunque Mariana intentaba ser comprensiva, no podía evitar sentirse relegada. Sus conversaciones eran breves, y los momentos juntos, aunque presentes, se sentían vacíos.
Una noche, después de una semana particularmente difícil, Mariana decidió enfrentarlo. Lo esperó en su apartamento, decidida a hablar sobre lo que estaba sintiendo. Rin llegó tarde, cansado como de costumbre, y apenas cruzó la puerta cuando Mariana se levantó del sofá.
"Tenemos que hablar," dijo Mariana, con un tono serio.
Rin se detuvo, sorprendido. "¿Sobre qué?"
"Sobre nosotros," dijo ella, cruzando los brazos. "Siento que últimamente no estamos conectando como antes. Entiendo que estés ocupado con Blue Lock, pero siento que te estás alejando de mí."
Rin frunció el ceño. "No es que me esté alejando, Mariana. Solo tengo muchas cosas en la cabeza. El fútbol... es todo para mí. Sabes lo importante que es."
"Lo sé," respondió Mariana, intentando mantener la calma. "Pero también necesito sentir que somos importantes. No quiero ser una distracción en tu vida, pero últimamente parece que es así."
Rin la miró fijamente, sintiendo una mezcla de frustración y culpa. Sabía que Mariana tenía razón, pero no sabía cómo equilibrar su vida en ese momento. "No eres una distracción. Solo... no sé cómo manejar todo esto."
Decisiones difíciles
La tensión entre ellos no se resolvió esa noche. Aunque ambos sabían lo que sentían, también entendían que sus caminos no siempre eran fáciles de recorrer juntos. Mariana estaba en un momento crucial de su vida, donde tenía que decidir si regresaría a Colombia o si buscaría continuar en Japón. Rin, por su parte, estaba en el punto más alto de su carrera juvenil, y no podía permitirse bajar el ritmo.
Los días siguientes fueron difíciles. Aunque intentaban pasar tiempo juntos, el peso de la conversación no resuelta seguía presente. Mariana comenzó a preguntarse si realmente podían superar los desafíos que enfrentaban, mientras que Rin luchaba internamente con su propio sentido de responsabilidad y culpa.
Una llamada inesperada
Una tarde, mientras Mariana caminaba por el campus de la universidad, recibió una llamada de Colombia. Era su madre, quien le preguntaba sobre sus planes para el futuro, recordándole que su visa de estudiante estaba a punto de expirar. La conversación fue amistosa, pero dejó a Mariana con una sensación de inquietud.
Esa noche, decidió hablar con Rin de nuevo. No quería que las cosas quedaran en el aire por más tiempo. Sabía que su relación era importante para ambos, pero también era consciente de que no podían seguir ignorando los problemas.
"Rin," comenzó Mariana, mientras ambos cenaban en silencio en su apartamento. "He estado pensando mucho en lo que hablamos la otra noche. Sobre nosotros y sobre mi futuro aquí."
Rin levantó la mirada, preocupado por el tono serio de Mariana.
"Mi visa está a punto de expirar," continuó ella. "Y necesito tomar una decisión. ¿Voy a quedarme en Japón o regresar a Colombia? Sé que no hemos hablado mucho de esto, pero creo que es hora de ser realistas sobre lo que queremos."
Rin guardó silencio por un momento, procesando lo que Mariana le estaba diciendo. Sabía que esta conversación era inevitable, pero no estaba preparado para enfrentarlo. "¿Y qué es lo que quieres hacer?"
Mariana lo miró a los ojos, con una mezcla de determinación y tristeza. "No lo sé, Rin. Quiero estar contigo, pero también tengo que pensar en mí, en lo que es mejor para mi vida y mi carrera. No puedo seguir aquí si siento que no soy parte de tu vida."
Las palabras de Mariana golpearon a Rin como un balde de agua fría. Sabía que estaba perdiendo algo importante, pero no estaba seguro de cómo arreglarlo. ¿Podría realmente encontrar un equilibrio entre su sueño de ser el mejor futbolista y su relación con Mariana?