Capítulo 14: El berrinche

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Después de su primer beso, Rin y Mariana habían estado disfrutando de un tiempo juntos más cercano y amoroso. Su relación se había fortalecido, y la dinámica entre ellos se había vuelto más relajada y cómoda. Sin embargo, no todo era siempre perfecto, y a veces los pequeños desacuerdos eran inevitables. En esta ocasión, Mariana tenía un pequeño berrinche que, aunque algo juguetón, revelaba su deseo de recibir más atención de Rin.

Una tarde común

Era una tarde tranquila en el complejo, y Rin había estado muy ocupado con sus entrenamientos y compromisos. Mariana, que estaba acostumbrada a pasar tiempo con él y a recibir su atención, comenzó a sentir que estaba perdiendo un poco de ese contacto que tanto le gustaba.

Se encontraban en la habitación de Rin, él estaba sentado en el sofá revisando algunas estadísticas del entrenamiento, mientras Mariana estaba en el suelo, jugando con algunos cojines y distraída. La ausencia de conversación y de contacto físico le hizo sentir un poco desatendida.

El berrinche

Mariana, al ver que Rin seguía completamente absorto en su trabajo, decidió hacer algo para llamar su atención. Se levantó y comenzó a hacer una serie de pucheros y gestos exagerados que claramente estaban destinados a llamar la atención de Rin.

"¡Rin, Rin, mira esto!" dijo Mariana, mientras intentaba llamar su atención de una manera juguetona. Se puso un cojín en la cabeza, lo que la hacía parecer como una especie de animal divertido.

Rin levantó la vista, sorprendido por el espectáculo que tenía frente a él. "¿Qué estás haciendo, Mariana?"

"¡Estoy haciendo un berrinche!" exclamó ella, con un tono de voz que mezclaba dramatismo y diversión. "¡Necesito más atención de mi novio!"

Rin, al ver el rostro serio y las expresiones exageradas de Mariana, no pudo evitar reírse. "¿Un berrinche? ¡Esto es nuevo!"

Un momento de complicidad

Mariana, al ver que su berrinche estaba funcionando y que Rin estaba comenzando a reírse, decidió seguir con su actuación. Se dejó caer dramáticamente sobre el suelo, rodeada de cojines, y comenzó a hacer sonidos de queja suaves, como si estuviera en medio de una crisis existencial.

"¡Ay, no me prestas atención!" dijo, con un tono de voz exagerado. "¡Voy a tener que hacer esto más seguido para que me notes!"

Rin se acercó a ella, con una sonrisa aún en su rostro. Se arrodilló a su lado y comenzó a acariciar su cabello. "¿Cómo podría no prestarte atención con una actuación tan impresionante?"

Mariana levantó la vista, sonriendo con satisfacción al ver que Rin estaba finalmente poniendo atención a su "berrinche". "¡Eso es lo que quería escuchar!"

La reconciliación

Rin se inclinó hacia Mariana y la abrazó, rodeándola con sus brazos. "Lo siento si no he estado prestándote suficiente atención. Es solo que he estado tan enfocado en el trabajo, pero eso no significa que no me importe."

Mariana sonrió, sintiendo el calor del abrazo y la sinceridad en las palabras de Rin. "Lo sé. Solo quería que supieras cuánto aprecio el tiempo que pasamos juntos."

Rin la miró a los ojos, su expresión llena de ternura. "Aprecio cada momento contigo. A veces me olvido de que también necesito encontrar un equilibrio entre el trabajo y el tiempo personal."

Ambos se quedaron así durante unos minutos, disfrutando de la cercanía y del afecto que compartían. Rin comenzó a acariciar suavemente el rostro de Mariana, mientras ella se relajaba en sus brazos.

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