Capítulo 5.

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Un nuevo día caía en la ciudad de Londres, y John había amanecido de mejor manera que el día anterior. Hace un día estaba pobre, desempleado y hambriento. Y ahora, tenía empleo y había podido comprar comida.

Cuando pudo cocinarse unos panes tostados con mantequilla y mermelada la noche anterior, casi llora de la alegría, sintiendo los sabores en su boca y su estómago contento, luego de haber suplicado demasiado por alguna migaja de lo que sea. Tal vez no había salido todavía de su situación de pobre, pero sin duda había dado un gran salto.

John se había vestido con unas prendas sencillas: un pantalón café claro, sus mejores zapatillas y una camisa verde de mangas cortas. Al verse en el espejo del baño, creía verse presentable para su primer día de trabajo formal, y tal vez podría nuevamente conjugarlo con su traje negro sin mangas del día anterior.

Salió del baño, y viendo como el traje estaba reposando en una silla de la cocina, la tomó entre sus manos y rápidamente se la puso. Se sonrió, y sin mayor titubeos, salió de su departamento, pero al cerrar la puerta, un gran carraspeo le hizo sobresaltar de su lugar, pegando un chillido involuntario.

Al girarse, se encontró con el grandulón de Billy, con los brazos cruzados y sonriéndole de manera macabra, con un cigarro siempre pegado a su boca.

—Hola Billy, ¿cómo estás?—El castaño recompuso su postura, sonriendo de manera forzada y mostrando sus dientes hacia el gran hombre.

—John Lennon, me impresiona verte a estas horas—dijo Billy, haciendo el cómico gesto de ver el reloj en su muñeca izquierda—Exactamente a las 7 y 15 minutos de la mañana, ¿Acaso tienes trabajo, Lennon?

John, haciendo una mueca en su rostro, asintió ante la afirmación de Billy.

—¡Finalmente recapacitaste con las cosas de las bandas y te conseguiste un trabajo honesto!—Una gran carcajada dejó la boca arrugada de Billy, mientras John se reía entre dientes, incómodo porque desde temprano en la mañana estaban pisoteando su sueño de ser estrella.

Luego de mucha meditación la noche anterior, había concluido que con este trabajo, no solamente podría pagar las cuentas pendientes y mejorar un poco las condiciones en las cuales vivía, sino que podía continuar a futuro con su sueño...

Solamente necesitaba hablar con sus amigos... y convencerlos de no abandonar este sueño. Y tal vez pedirle disculpas a Stuart, a Pete y a Astrid por los inconvenientes ocurridos...

Na. Que se jodan.

—Sí...—Tosió de manera fingida, poniendo un semblante más serio en su rostro—Pero esto será momentáneo, solamente necesitaba el dinero para pagarte, Billy, ¿Recuerdas?

La macabra sonrisa de Billy no se borró de su rostro:—¡Cómo me voy a olvidar que me debes dinero, Johnny!—Otra risotada salió de los labios, mientras palmeaba el hombro del castaño con suma fuerza.

—Ja, Ja, sí...—La incomodidad de John era obvia—Pero mira, si me dejas irme, podré ir a trabajar y conseguirte el dinero, así que con tu permiso...

El de anteojos intentó escabullirse de la escena de Billy de manera disimulada, no perdiendo de vista la mirada del hombre, pero una gran palma estrelló contra la pared, evitando su paso. El ambiente se volvió tenso, y la gran sonrisa del hombre fumador se esfumó, dejando ver su cara atemorizante y seria.

—Te quedan 24 horas, Lennon. O yo mismo tiraré tus porquerías por la puerta.

Las palabras fueron claras y contundentes, pegándole en la cara al castaño junto al aliento de cigarro y alcohol que desprendía Billy esa mañana. Los grandes ojos azules del hombre aplastaban el espíritu de Lennon, haciéndole tragar saliva.

Temporary Secretary ; McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora