Capítulo 15.

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John se encontraba subiendo el ascensor con un abrigo y un vaso de café caliente en su mano, mientras la otra mano estaba guardada en su bolsillo, observando cómo el indicador mostraba que estaba por llegar al piso de la suite empresarial.

Ese día, la ciudad de Londres había amanecido fría y nublada, haciendo imprescindible abrigarse bien. Cuando finalmente llegó al piso correspondiente, rogó no encontrarse con el desagradable y sucio perro mentiroso de Marks, como en tantas ocasiones anteriores.

Para su fortuna, Marks no estaba en la entrada, y John suspiró aliviado, caminando hacia la suite empresarial.

Al llegar a la oficina, Paul ya estaba ahí, revisando unos documentos. John no pudo evitar sonreír al verlo: bien peinado, bien vestido, con esa cara tan atractiva que lo había atrapado en el primer instante. John estaba feliz de ver a su jefe nuevamente.

"Es un privilegio que pocos tienen", pensó John para sí mismo, riéndose mientras se acercaba.

—Buenos días, Señor McCharmly.—el castaño de cabellos largo dejó su maletín y su abrigo en el perchero.

Paul levantó su vista de los papeles que estaba revisando, y arqueó una ceja de manera cómica —¿Buenos días?.

John rió por su ocurrencia, y relajado, dejó su café sobre la mesa de cristal—¿Qué estás leyendo?

El castaño tomó unos papeles que estaban sobre la mesa, dándole una mirada desinteresada, para luego sentarse en una de las sillas de cuero de la suite.

Paul finalmente levantó la vista del documento que tenía entre manos y se giró ligeramente para encontrarse con John, quien ya se había acomodado en la silla frente a él.

—Sólo unos reportes estadísticos, nada emocionante—comentó con un tono indiferente, pero con una pequeña sonrisa dibujándose en su rostro.

Observó cómo John, siempre con ese toque de informalidad y seguridad, se cruzaba de piernas mientras lo miraba fijamente.

—Oh vaya, qué interesante.—el tono sarcástico de Lennon era evidente, mientras se acomodaba sus anteojos redondos en el puente de su nariz.

—¿Y tú, cómo has amanecido?— preguntó Paul con una ceja levantada, mientras dejaba los papeles a un lado y se sentaba en su silla de cuero—A juzgar por tu sonrisa, parece que bastante bien.

John dio una pequeña risa mientras jugueteaba con los papeles que había tomado, sin prestar mucha atención al contenido—No podría quejarme, jefe—dijo, enfatizando la última palabra con una chispa de humor en sus ojos—Después de todo, no todos los días uno tiene una vista tan espectacular para empezar la mañana.

Paul lo miró por un instante, sabiendo perfectamente a qué se refería, pero optó por seguir el juego con naturalidad—Lo dices como si fuera algo especial—respondió, dejando que su tono suave y un tanto seductor llenara el espacio entre ellos—Sabes que siempre me tienes aquí, Lennon.

Esa frase hizo que John sintiera una pequeña ola de calor, algo que le recorrió desde la cabeza hasta los pies.

Pero decidió mantener su compostura—Bueno, McCartney, creo que te superas cada día. Hoy definitivamente luces... impecable.

Paul sonrió ante el halago, pero la conversación se vio interrumpida por el sonido del teléfono de la suite llamando. El hombre mayor suspiró, y tomó la llamada:—¿Hola?

John sacó un resoplido desde el fondo de su garganta, por verse interrumpido en su tranquila conversación con McCartney.

"Parece que será una llamada estúpidamente larga y aburrida", pensó John, cruzándose de brazos y rodando los ojos.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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Temporary Secretary ; McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora