10- Sasuke: "De vuelta en la Ciudad"

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Regresé de la ciudad más rápido que nunca, el consejo había dicho que tenía que manejarlo a la brevedad, no tenía dudas de que si las pruebas no se presentaban, podían liberar a Jiraiya y sus hijos. Incluso podían acusarme a mí.
No iba a perder mi compañera y mí manada. Llevaba tanto tiempo esperando por ella, perderla no estaba en los planes.
Los seres especiales como nosotros, teníamos una vida prácticamente inmortal.
Mis padres habían llegado a vivir más de ochocientos años juntos y seguramente estarían vivos si no hubieran muerto en una pelea, mí abuelo había sobrepasado el milenio y apenas parecía un hombre de setenta años, solo cuando la locura empezó a afectarle, pidió que su segundo se encargará de él. Y fue sacrificado. Era algo normal en los lobos muy viejos. Más aún si no habían encontrado a su compañera. Con el paso del tiempo perdían la cabeza lentamente y elegían la muerte.
Ahora que las cosas entre las manadas eran menos violentas, estaba seguro que podía tener una larga y hermosa vida con mí Luna.
Había tenido demasiada suerte al encontrarla. Otros no podían decir los mismo.

-¿Estás seguro de querer exponerla al consejo? Ella es muy joven. ¿Y si la bruja la lástima en su intento por tomar los recuerdos?

Gruñí a mí hermano. No quería pensar en eso.
Sabía los riesgos, pero iba a correrlos.
Se habían negado a tomar los recuerdos míos, alegando que no podía ser objetivo cuando se trataba de mí compañera.

Disfruté ver la cara de esos bastardos cuando supieron que Sakura estaba viva, y era mia.
Nagato quería arrancarme la cabeza. Celos, odio, indignación, muchas emociones salían del lobo cuando me miraba a través de la sala.

Intentó exigir que devolviera al bebé. Estaba en su derecho, por ser el padre. Aún si había abusado de su prima para concebirlo.

Podría haberlo conseguido, lo cual me irritaba profundamente. Las malditas leyes de sangre eran así. Yo no tenía derecho sobre un cachorro que no era mío. Y nadie esperaba que un alfa dominante, reclamé un bebé de una línea de sangre baja y sucia. Ya que por ser familia, el cachorro podía estar contaminado y ni siquiera ser normal.

Había disfrutado declarando que su cachorro estaba en mí manada ahora. Que lo había reclamado y que el bebé aceptó.
Era bien sabido que un alfa dominante podía reclamar a cualquier lobo, arrancarlos de sus manadas y tomarlos para la suya.
Por eso habíamos sido tan peligrosos en el pasado. Formando ejércitos y arrasando con las manadas débiles para volvernos más y más fuertes.

No era mí intención, ni había sido la de mí hermano, o mí padre antes que él.
Llevábamos mucho tiempo en paz. La guerra estaba en el pasado.
Pero la traería de vuelta si con eso aseguraba que mí compañera y el bebé estén a salvo. Ambos eran míos. Y yo siempre protejo a los míos.

Sakura estaba con Ino, habían estado preparando la llegada del bebé. Mí cuñada aún desprendía ese olor lleno de pena con cada ropa que doblaba y acomodaba en la cómoda.

Instalé a Saku a mí cuarto desde que llegó, por lo tanto pusimos el catre de su lado, junto a la cama.
No estaba armando una habitación contigua para el bebé en un par de años.
Ese cachorro dormiría con nosotros hasta que pudiera andar solo.

No era capricho. Habían pasado por tanto, él y su madre, que tenerlos cerca y reforzar el vínculo, era lo que más necesitaba. Sentir que los aceptaban en la manada, que eran amados todo el tiempo. Hasta que su confianza fuera muy fuerte.

-Hina y yo te acompañaremos a la reunión.

-Bien.- Respondí sin mirar. Sabía que era Naruto desde que se acercó a mí casa.

Cómo todo lobo emparejado, no dejaría que su compañera fuera sin él. Y yo no podía llevarme a Tsuna. Ella tenía que cuidar la manada en mí ausencia.

-Te queda bien.- Señaló la marca con una sonrisa ladina.

-No te pases, y no la hagas sentir incómoda. Ella aún se está adaptando.

Mí amigo chasqueo la lengua como si mis acusaciones fueran una completa locura, sin embargo yo conocía a Naruto y sabía que el idiota era bueno, pero era un bobo sin filtros.

Mí hermano y Hayate se quedarían. Este viaje de regreso a la ciudad, para el juicio de Jiraiya y sus hijos, era algo que solo me involucraba a mí y a mí compañera.
Aún así, tenía que llevarme a Hina, como asistente de la sanadora, estaba capacitada para ayudar a Saku si alguna complicación surgía durante el interrogatorio.
Y su compañero sería mí guardia personal. No es que necesitará apoyo, podía cargarme al consejo y sus custodios yo solo, pero me servían un par de ojos y oídos extras. No iba a pecar de arrogante y poner a mí mujer y el bebé en peligro.

Cuando Hina llegó, reviso a Saku, y luego nos preparamos para salir.
Hotaru lleno de comida el coche. Alegando que mí compañera debía estar fuerte antes de presentarse con el consejo y ver a la Bruja.
Naruto dijo que ayudaría felizmente a comer todo eso, a lo que mí cocinera lo amenazó con arrancarle los colmillos si se acababa las raciones de Saku y el bebé.

Ino le dio un largo abrazo y acaricio su vientre varias veces.
Saku estaba relajada y feliz.
Sabía que su bebé iba a iluminar a mí cuñada que tan apagada habia estado desde la pérdida de Mitsuki.

El viaje fue tranquilo; la herida de Naruto estaba curada. Varios lobos lo habían atacado cuando trato de darle una lección a el primo de Saku, según Naruto era bajito y arrogante.
Podía ser Gaara o Sasori. No estaba seguro, ya que Nagato era más alto.

Una vez en la ciudad, estaba seguro que mí lobo me volvería loco si no lo dejaba salir un poco.
Todo el estrés posterior de la reunión, luego la ansiedad durante mí unión con Saku, el miedo de hacerle daño, de activar viejas heridas de su pasado, todo me estaba afectando demasiado.

Puse a Naruto y su compañera en el cuarto contiguo. Todos los alfas tenían habitaciones privadas dentro del palacio del consejo.

-Tengo que cambiar antes de la reunión.- Dije para que mí compañera no se preocupe.

-Puedo sentir a tu lobo, está muy irritable y ansioso.

-Si, tengo que dejarlo salir ahora, sino intentará salir en pleno juicio, y podría ser acusado de no tener control sobre él.

Saku se acercó y tomó mí mano, su iniciativa ante el contacto físico, me llenaba de felicidad y orgullo.
Ella estaba sanando sus viejas heridas.

Me quité la ropa, para evitar que se desgarre tras el cambio, luego deje a mí lobo libre dentro de la habitación.

-¡Eres enorme!- ella estaba impresionada, pero no olía a miedo. La rodeé, dando vueltas.

Mí lobo necesitaba imponerse, como todo alfa dominante.
Ella parecía entender sus necesidades, por lo que se puso de rodillas y extendió su mano con la palma hacía arriba. Esperando que me acerque.

Olfateando el aire a su alrededor, sentí su excitación y su deseo, combinados con su felicidad y asombro.
Me acerque hasta que puse mí hocico contra su mano y empuje suavemente.
Ella deslizó la mano por mi mandíbula y fue hacia mí cuello y lomo.

-Que suave es tu pelo...- murmuró. Seguía viéndome con admiración, lo que hizo a mí lobo hincharse de orgullo.

"Cuando nazca el bebé, voy a llamar a mí compañera, vamos a correr bajo la luna juntos." Gruñó.
También quería verla, quería acariciar su pelaje. Sería duro para ella el cambio tardío, pero me aseguraría de que pueda hacerlo a voluntad en el futuro. Al tener sangre mixta, solo podía cambiar con la luna, al igual que Ino, que era mitad humana, por parte de su madre.

Ella seguía acariciando mí cuerpo, y me tumbe de lado, con mí cabeza sobre su regazo.

Necesitaba estar centrado y calmado. Las caricias de Saku sobre mí lobo me dieron la tranquilidad que buscaba antes del juicio.

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De verdad que esté Sasu me encanta, es adorable 🥰😍❤️

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