𝐂𝐨𝐫𝐫𝐨𝐦𝐩𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐲 𝐟𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐝𝐨𝐬 ||| hazbin hotel

-𝐓𝐄𝐌𝐏𝐎𝐑𝐀𝐃𝐀 𝟐 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟓-

**Ataque (parte 1)**

Con un suspiro de fastidio, Alastor decidió que era hora de poner fin a la contienda. Zestial, sintiendo el mismo impulso, reunió todo su poder y, en un instante, lanzó un fuerte golpe que impactó directamente en el rostro de Alastor.

El sonido del impacto resonó en la habitación, rompiendo las ventanas reforzadas como si fueran de papel. Sin embargo, Alastor se mantuvo firme en su lugar, moviendo apenas la cabeza para absorber el golpe.

Al recomponerse, un pequeño hilo de sangre brotó de su boca, que limpió con su pulgar mientras una amplia sonrisa se dibujaba en su rostro.

>Alastor: Veo que eso es lo que uno de los overlords más fuertes puede hacer.

Comentó con desdén, como si el golpe hubiera sido meramente un roce. La verdad era que el dolor fue menos intenso de lo que había anticipado, y aún no había activado su forma angelical o demoníaca.

La expresión de asombro y shock se extendió por la sala, mientras todos los presentes se preguntaban cómo era posible que un golpe de esa magnitud no hubiera dejado a Alastor en un estado crítico.

Para muchos, ese ataque habría sido suficiente para matar o al menos herir gravemente a un demonio, especialmente uno de la talla de Alastor.

Los murmullos de incredulidad comenzaron a circular entre los overlords, quienes no podían creer que su compañero de combate pudiera soportar tal embestida sin apenas inmutarse.

Rosie observaba la escena con una calma imperturbable. Su mente estaba centrada en la transformación de Alastor.

Sabía que, con su nueva forma y fuerza, Alastor superaría a los pecados capitales, convirtiéndose en un ser de poder incomparable.

>Rosie: Si puede resistir eso sin esfuerzo, no hay duda de que puede enfrentarse a cualquier desafío que se le presente.

Pensó para sí misma, sintiendo cómo su confianza en él se solidificaba. La idea de que Alastor pudiera igualar o incluso superar a los más poderosos demonios del inframundo le ofrecía un renovado sentido de esperanza.

Alastor miró a Zestial con una mezcla de aburrimiento y desdén, observando cómo este se preparaba para un posible ataque, mostrando una tensión que contrastaba con la tranquilidad que él exhibía.

La escena era casi cómica para Alastor, quien se sintió desinteresado por la inminente posibilidad de un nuevo enfrentamiento.

>Alastor: Oh, vamos, Zestial, no hay necesidad de que te pongas en guardia. Estoy completamente tranquilo.

Su sonrisa se ensanchó, revelando una confianza casi arrogante.

>Alastor: Además, no puedo compartir como integré la  sangre celestial en mí mismo, y no puedes culparme por eso. Después de todo, en esta situación, eres tú quien está a punto de experimentar algo... interesante.

Zestial, consciente de la provocación en las palabras de Alastor, sintió que la frustración comenzaba a burbujear en su interior.

La actitud despreocupada de Alastor era un recordatorio constante de su propio estado, y aunque sabía que estaba lidiando con un adversario formidable, la burla en la voz de Alastor lo irritaba.