12. Gustos

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Narra Aiko

— ...¿Estai soltera? —pregunta el que se presentó como Atsumu.

— No —digo seria— ¿Alguna otra duda?

Me cagué entera respondiendo pero puta, el Kageyama está al lado mio y no quiero que piense weas. Además si me gusta alguien no voy a andar webeando con otro weon.

¿Acabo de reconocer que me gusta?

— Buuu que lata —el teñido hace una mueca— cuando lo estés, avísame —me guiña un ojo y se va a buscar balones.

— ¿Me acompañas a buscar un café? —le pregunto al pelinegro, no me pesca y tiene cara de hoyo— Kageyama, te estoy hablando.

— Sisi vamos —vuelve a mirarme— ¿Sabes de que juega ese otro?

— Déjame ver —miro la tabla que tengo en la mano— uh... armador —hago una mueca.

— Feo culiao ya me cayó mal.

— ¿Te pusiste celoso Kageyama? —me aguanto la risa y mira para otro lado— ¿El pesado Kageyama está celoso?

— No —sigue sin mirarme— bueno puede ser.

— Leso —miro al rededor pa ver si hay alguien, cuando veo que no hay nadie, le doy un piquito— no tienes que ponerte celoso, no pescaría a ningún otro weon de aquí.

— Hmm —me abraza— tengo pieza solo, deberías ir a dormir conmigo hoy.

— Nos pillan y nos echan cagando Kageyama —me río— pero bueno, veré que puedo hacer.

Me separo para pedir un café, me conversa de cosas de volley y nos devolvemos a la cancha, ahí ya están todos a los que citaron. Se pone a calentar antes de que llegue el entrenador y a cada rato mira mal al tal Atsumu.

Al pasar al rato entrego colaciones, les dan un rato para descansar y obligo al Kageyama a que socialice un poco, no puede andar pegado a mi todo el rato el weon.

Yo también me pongo a hablar con algunos, hay enano que me cayó mal, Hoshiumi se llama, oooh el culiao pesao he hinchapelotas.

Vuelven a entrenar hasta que termina el día. Mandan a todos a ducharse y yo me quedo dándole mis anotaciones al entrenador y converso con el harto rato de lo que se hará mañana.

Salgo a mi pieza pero en el pasillo hay un alto peligro de ojos azules esperandome.

Se te ve tan lindo con el pelo mojado.

— ¿Cuanto rato llevas esperándome?

— Como cinco minutos —se encoge de hombros— vengo pa que cenemos juntos.

— Ya, deja guardar el cuaderno —abro la puerta con llave— pasa si quieres, me voy a cambiar de ropa primero.

— ¿Puedo ver? —sonríe de lado.

— No, tonto —digo riendo mientras cierro la puerta— lo hiciste muy bien hoy, al entrenador le gustó como jugaste.

— Igual pude hacerlo mejor —suspira y se sienta en mi cama— pero bueno, ya mañana estaré al 100 ahora que conozco mejor al resto.

— Awww tan esforzado que eres —me acerco y me doy un beso— te veai terrible rico.

— ¿No me podi decir alguna wea tierna? —se ríe y me abraza por la cintura.

— Sabi que no me sale ser tierna weon pesao —le hago cariño en el pelo.

— Hm —se relaja cuando le toco el pelo— oye ese de pelo blanco ¿Cómo se llamaba? juega re bien el weon pa ser chico.

Protein Milk | Kageyama TobioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora