Narra Aiko
— Toi perdida —le digo al Kenma— ya me enganché.
Y aquí estoy otra vez, en la casa del Kenma contándole mis asuntos con el armador de Karasuno.
— Hace rato po Aiko —se ríe— con el Hinata nos consideramos cupidos.
— ¿Cómo es eso? —arqueo una ceja.
— Tu me contaste a mi y el le contó al Hinata y los dos les dijimos la misma wea —se ríe.
— Mira tu —me río— los dos días de campamento dormimos juntos y te juro que yo caía como lona, es como que me relajo mucho con el.
— Pídele pololeo luego entonces.
— ¿Tai más weon? —arqueo una ceja— no es que no quiera pero llevamos ¿Tres semanas saliendo? igual creo que es poco.
— Pero si estai enganchá hasta las patas —se encoge de hombros.
— Ya pero Kenma, yo nunca he pololeado e igual quiero que mi primer pololo que tenga sea el correcto.
— ¿Y si el weon te pide pololeo le vai a decir que no? —arquea una ceja— no sabemos que tan intenso puede ser.
— Ay yo creo que se me olvidaría la wea y le diría que sí igual —me río— igual no sabe que no he pololeado antes ¿Te imaginai le digo y piensa que soy entera weona por tener 18 y nunca haberlo hecho?
— Déjate de sobre pensar aweoná —me tira una almohada en la cara— ya ahora hazte la buena amiga y anda a hacerme yogurt con cereal porfa.
— Como ordene capitán —respondo webiando.
En lo que bajo a buscarle comida al pelo flan que tengo de amigo me llega un mensaje del Kageyama, quiere que nos veamos hoy. Le digo que después de almuerzo me desocupo y me responde altiro que ya, que pasará buscarme al edificio.
No nos vemos desde que terminó el campamento y juro que nunca había sentido lo que era extrañar a un weon. Extraño estar acostada con el y hablar puras weas tontas mientras me hace cariño hasta quedarme dormida.
Me quedo un rato más con el Kenma y me voy a mi casa para hacer almuerzo para mi papá y para mi, pero cuando voy llegando lo veo saliendo.
— ¿Pa onde vai?
— Se mandaron un cagazo en la pega que tengo que ir a arreglar la wea yo —suspira molesto— quería almorzar contigo pollito pero si no voy la wea quedará peor.
– Anda nomas —sonrío— saldré con el Kageyama más ratito.
— Ya, no creo volver antes de las siete así que no te preocupes si me demoro.
— Weno papi —me despido de beso en la mejilla y se va.
Subo al departamento y se me ocurre la brillante idea de decirle al Kageyama si quiere almorzar conmigo, me dice que sí al tiro y que llegará en veinte minutos. Le digo que suba nomas total el conserje sabe quien es.
Me pongo a hacer puré con pollo al horno, puta que me queda wena esa wea. Justo cuando pongo el pollo en el horno, suenan tres golpes en la puerta.
Abro y me quedo helá cuando lo veo parado con tres rosas amarillas.
— ¿Y eso...? —digo sorprendida.
— Es 21 de septiembre, no sé porqué pero se regalan flores amarillas y quise dártelas.
— Eri un tierno —se me ponen llorosos los ojos— ven pa acá carepoto —lo agarro del brazo para acercarlo y darle un beso.
— Oye cachai que... mi hermana se va a casar en dos semanas —dice mientras se sienta en la cocina americana— y puedo llevar una acompañante.
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Protein Milk | Kageyama Tobio
ФанфикLa Aiko, manager de Nekoma, conoce a Kageyama, el armador del mayor rival del su equipo. Se llevan mal. Coinciden en el mismo gimnasio, y con el tiempo, las miradas pesadas se van transformando en algo más.