Narra Kageyama
Despierto y miro la hora en mi reloj del velador, me paro entero apurado cuando veo que son las 5 pm, se supone que debería ir saliendo para juntarme con la Aiko.
Me pegué la media siesta weon
Me meto a bañar lo más rápido que puedo, cuando salgo de la ducha le escribo a la Aiko que me atrasé un poco y que me disculpe.
Es la revelación de sexo de la wawa que tendrá su mamá, me pidió que la acompañara porque no quiere ir sola, menos con gente que la desprecia, según ella. Va solo porque al fin y al cabo, es su mamá, aun que quiera no puede odiarla, y la entiendo, así que no la dejaré sola.
Termino rápido, me visto simple y pido uber a su departamento. Ni siquiera me respondió cuando le hablé, debe estar enojada.
Llego en 10 minutos a su departamento, saludo al conserje y subo, ni anuncio que llego porque me pasó llaves y los conserjes ya saben que vengo a su casa.
Entro y me preocupo cuando no veo a nadie ni en la cocina ni en el comedor. Espero que no se haya ido sola.
Me quedo extrañado cuando entro a su pieza, y la veo durmiendo plácidamente, ni siquiera se ha bañado porque le noto el pelo sucio.
— Aiko —le hablo y no me pesca— Aikooooo —la muevo y abre un ojo.
— ¿Amor? —se acomoda somnolienta— ay ¿Qué hora es?
— Las 5:40 Aiko —me siento a la orilla de su cama— me urgí porque me quedé dormido y tu estabai peor que yo.
— Ah pero Kageyama da lo mismo —se ríe— ven, acuéstate conmigo un ratito.
— Aiko tenemos que ir a la casa de tu mamá, tu insististe.
— Ya lo sé —rueda los ojos— ¿Pero para qué llegar tan temprano?
— Se supone que empezaba a las 5:30 y son más de las seis.
— Aaagh que lata —hace un puchero— ya me visto y vamos.
— Aiko, bañate —me aguanto la risa— tienes el pelo sucio.
— Es demasiado esfuerzo —suspira— ya oh me iré a bañar.
Elige ropa y se va al baño. Tiene una cara de culo que si se le atraviesa algo lo mata, ir a esto no le emociona pero sé que si no va, se sentirá culpable.
De demora media hora en terminar de arreglarse y salimos. Cuando ve la reja de la casa de su mamá decorada me aprieta la mano, le debe doler un poco el corazón.
— Ojalá sea niño —dice mientras toca el timbre.
— ¿Quieres un hermano?
— No, solo que quiero que sea niño nomas.
— Hermanastra querida —abre la puerta un weon— ah, viniste con pololo.
— Ábreme la puerta Izan —responde pesado— Kageyama, lamentablemente te presento al hijo mayor del Carlos.
— Hola —digo serio. Si a ella no le cae bien, a mi tampoco.
— Pasen pasen —abre la reja— la gente está en el patio ¿Te acuerdas cómo llegar?
— Me críe en esta casa Izan, el recién llegado eres tu —rueda los ojos y entramos.
— ¿Del uno al diez qué tan mal nos cae? —pregunto a mi polola.
— Quince —se ríe— que tierno eres —se para de puntitas y me da un beso.
Salimos al patio, veo a su mamá repartiendo canapés de mayo con aceitunas, se ve bien para estar embarazada la señora.

ESTÁS LEYENDO
Protein Milk | Kageyama Tobio
Fiksi PenggemarLa Aiko, manager de Nekoma, conoce a Kageyama, el armador del mayor rival del su equipo. Se llevan mal. Coinciden en el mismo gimnasio, y con el tiempo, las miradas pesadas se van transformando en algo más.