Narra Aiko
Con el Kuroo nos hemos hecho cargo de los entrenamientos estas dos semanas que mi tata estuvo recuperándose, todo salió bien por suerte.
— Oye Aiko —me habla el Kuroo, ya nos vamos— el miércoles es tu cumpleaños.
— Ah, no sabía —digo webiandolo— ¿Y qué con eso?
— Te invito a la cafetería que compartiste en tiktok —suspira— como regalo.
— ¿Te he dicho que te quiero mucho mejor amigo? —lo abrazo— ¿En la mañana?
— Sísi, yo tengo clases en la tarde.
— Yap, yo tengo inglés en la mañana pero faltaré nomas —sonrío— gracias amiguito.
Nos vamos a nuestras casas, el Kuroo me deja en la recepción del edificio y yo subo al depa. Ahí está mi lindo padre raja en el sillón con la tele prendida.
— Papá —lo muevo y no despierta— papáaaaaa.
No me pesca, así que apago la tele y se despierta altiro.
— Oye si la estoy viendo —dice con voz de sueño— ¿Qué hora es?
— Las ocho.
— Chucha —se pone de pie— ¿Acompañame al súper? no hay ni una wea en el refri.
— Te dije que yo podía ir a comprar las cosas porque sabía que se te iba a olvidar —digo riendo— ya oh, vamos.
Nos vamos en su auto al super, me va hablando de weas de su trabajo que poco pesco. Cuando llegamos voy echando todas las weas que faltan en la casa, prácticamente medio super.
Vivir con un hombre soltero es que se les olvide todo menos las cervezas.
— Cómprate algo rico pa ti –dice mi papá.
— Meh, no puedo comer nada —hago una mueca— iré por unos yogures nomas.
— Yap yo ire a ver carne.
Camino hacía el refri de los yogures y me pillo, adivinen a quien, sí, al Kageyama.
Ya me acostumbré a toparmelo aquí así que da lo mismo.
— Txa menos mal dejaste —lo webeo cuando veo los yogures que lleva— ¿Cómo estai?
— ¿Bien y tu? —pregunta mientras guarda sus cosas— ¿Tu tata se recuperó?
— Sí, mañana vuelve a los entrenamientos —sonrío— igual a un gato, siete vidas.
— Nekomata tenía que ser —se ríe— me alegro que esté bien.
— Sí, es fuerte mi viejito.
— El viernes hay partido de la selección de volley ¿Vas?
— El Lev andaba hinchando con ir, en vola —me encojo de hombros— pero demás pierden si es contra argentina y está el DeCecco
— DeCecco mi dios —se persina— algún día seré tan bueno como el.
— No te falta tanto para alcanzarlo.
— ¿Tu crei que soy bueno?
— Sinceramente, eri de los mejores —suspiro— y me atrevo a decir que mejor que el Oikawa.
— Ah... gracias —medio sonríe— ojalá llegar a su altura luego.
— Ya lo estás, el es de 3ro y tu de 1ro —me encojo de hombros— para ser dos años más chico que el, estás super.
— Gracias Anc... Aiko —se aguanta la risa.
— Aweonao —me río— la arreglaste igual.
— Hija ya saqué la carne —se acerca mi papá— oh, hola, eres el del hospital.
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Protein Milk | Kageyama Tobio
Hayran KurguLa Aiko, manager de Nekoma, conoce a Kageyama, el armador del mayor rival del su equipo. Se llevan mal. Coinciden en el mismo gimnasio, y con el tiempo, las miradas pesadas se van transformando en algo más.