Gojo Satoru, el hechicero más poderoso, caminó con pasos decididos a través de los pasillos oscuros y solemnes de la sede. Al final del pasillo, se abrió una pesada puerta de madera, revelando a los superiores reunidos, sus identidades ocultas detrás de las ventanas shoji.
"Gojo Satoru, te hemos convocado para discutir el incidente reciente", comenzó uno de los superiores, su voz resonando a través de la habitación. "El hecho de que Kaede tomó el control del cuerpo de Itadori Yuji y destruyó el cuerpo robótico de Mechamaru del Instituto de Kyoto es inaceptable."
Gojo se paró en el centro, cruzando los brazos con una expresión tranquila pero atenta. "Entiendo la gravedad de la situación", dijo firmemente. "Pero debes considerar las circunstancias únicas de este caso."
"Kaede consumió uno de los dedos de Sukuna y te confrontó. Cómo podemos confiar en que Itadori no representará una amenaza constante para todos nosotros?" interrumpió otro más arriba, su tono helado y lleno de desdén.
"Lo que sucedió fue un incidente desafortunado, no una amenaza intencional", respondió Gojo. "Itadori sigue siendo nuestro mejor aliado contra las maldiciones. La presencia de Kaede en su interior es una complicación, sí, pero también una oportunidad."
"Una oportunidad que ya ha demostrado ser peligrosa", dijo otro miembro, golpeando su puño en la silla. "Cómo podemos justificar mantener vivo a Itadori después de esto?"
"Lo que sugiero es supervisar a Itadori con más rigor, en lugar de ejecutarlo", explicó Gojo. "Podemos aprender a manejar mejor esta situación y usarla para nuestro beneficio. Estoy dispuesto a asumir la responsabilidad de su supervisión."
"Eso no es suficiente, Gojo!" exclamó uno de los líderes, levantándose de su silla con furia. "No podemos correr más riesgos. Itadori debe ser eliminado inmediatamente."
Gojo mantuvo la compostura, aunque su tono se volvió más frío. "Eliminar a Itadori sería un error. Perderíamos una herramienta valiosa contra Sukuna y otras amenazas."
"Ya hemos tomado una decisión", dijo otro superior, su voz llena de determinación. "Itadori será ejecutado. No podemos permitir más riesgos."
La paciencia de Gojo se acabó. Su aura emanaba una intensa presión que hacía que todos en la habitación se tensaran. "Si tocas Itadori, no tendré más remedio que considerarte una amenaza."
Los superiores se callaron, sintiendo el verdadero poder y seriedad en las palabras de Gojo. "No subestimes lo que estoy dispuesto a hacer para proteger a mis alumnos."Después de un largo momento de tensión, uno de los superiores habló con una voz temblorosa. "Muy bien, Gojo. Le daremos a Itadori una segunda oportunidad, pero estará bajo estricta supervisión. No permitiremos otro incidente como este."
Gojo asintió, satisfecho pero aún consciente de la gravedad de la situación. "Gracias. Te prometo que no te arrepentirás de esta decisión."Con la resolución hecha, la reunión llegó a su fin. Gojo salió de la habitación, listo para asumir la responsabilidad y asegurarse de que Itadori y Kaede cumplieran con las expectativas de los superiores, conscientes de que el verdadero desafío apenas comenzaba.
Dentro de un auto, Itadori, Nobara y un Megumi recuperado estaban sentados en la parte de atrás. Megumi ocupó el asiento del pasajero delantero, mientras un hombre con traje y gafas conducía, explicando la situación a los estudiantes."Confirmamos la existencia del útero maldito hace aproximadamente tres horas. Sellamos la instalación después de la evaluación,", dijo cuando salieron del automóvil. "En el alojamiento número 2 del hospital reformatorio, cinco pacientes fueron abandonados junto con el útero maldito. Si completa su metamorfosis, probablemente se convertirá en un espíritu maldito de grado especial."
Estas palabras hicieron que Nobara y Megumi estuvieran tensos.
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Jujutsu Kaisen: Renacimiento
FanficEn un campo de batalla devastado en la era Heian, Ryomen Sukuna, el Rey de las Maldiciones, libra una batalla final contra los últimos hechiceros restantes de su tiempo. A pesar de su poder abrumador, Sukuna está gravemente herido y se da cuenta de...