XXIV

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Solo se detiene un momento en la puerta de Charles por la mañana, lo suficiente para estar seguro de poder oírlo moverse, lo suficiente para confirmar su presencia, antes de salir q correr.

XXV

Erik se está secando después de una ducha rápida, con una toalla alrededor de su cintura y otra en su mano frotando su cabello, cuando Xavier - Charles - se abre paso hasta el baño, la puerta cede bajo el impacto de su hombro y se estrella contra la pared con un golpe sordo. Blande un puñado de papeles como si fueran un arma, con los ojos brillantes y feroces bajo un ceño fruncido más enojado de lo que Erik lo había creído capaz. — ¿Qué diablos es esto?

En cualquier otro momento, Charles estaría lleno de agujeros, atravesados por cualquier trozo de metal que Erik pueda conseguir; no es un hombre que se asuste. Erik está prácticamente desnudo y sin cojinetes, y está lo suficientemente apegado a los accesorios como para dejarlos en paz. — Guten Morgen para ti también. ¿Puede esperar hasta que me vista o es urgente?

El humano lo mira por un momento, estupefacto, luego mira a Erik de arriba abajo, observando su casi desnudez tragando saliva; sus mejillas comienzan a tornarse más rojas que la piel de Azazel, pero no se va. — Encontré esto en tu oficina — dice, y al menos su voz sigue enojada aunque ha desviado la mirada a medias. — No es posible que esto sea serio, Erik.

— ¿Qué tal si pasamos a la parte en la que me dices que soy un monstruo y yo te digo que te vayas al infierno? — dice Erik, tomando su ropa interior con un suspiro. Ha tenido está conversación tantas veces que se ha vuelto bastante rancio. El calor del vapor se ha escapado por la puerta abierta y hace bastante frío en el baño, se le pone la piel de gallina y los pezones duros y tiesos.

Charles sacude la cabeza con vehemencia, agitando los papeles de nuevo como si de alguna manera demostraran su punto. — No puedes estar planeando seriamente tomar Nueva York. Hay millones y millones de personas viviendo aquí que no tienen nada que ver con...

— Tienen todo que ver con esto — Erik deja caer su toalla y se inclina para ponerse sus calzoncillos, disfrutando un cierto placer de ser casual y desvergonzado mientras Charles se da vuelta abruptamente. La nuca ahora está escarlata, el color se extendió rápidamente hacia la punta de sus orejas. — Estás son las personas que arrojan piedras, que se burlan, excluyen y entran a las casas en mitad de la noche para expresar sus prejuicios, que votan para registrarse y escriben a sus senadores, Charles, que esconden a sus hijos de nosotros en la calle. Tienen todo que ver con por qué los mutantes están siendo asesinados todos los días. ¿Cómo decía aquella cita? Primero vinieron por los comunistas y yo no dije nada porque no era comunistas. Etcétera. La inacción no los convierte en santos, los convierte en cómplices.

— Erik... — dice Charles, dirigiéndose a la cortina de la ducha — soy humano. Y debes saber que condeno abiertamente cualquier comportamiento de este tipo.

— Y casi eres golpeado hasta la muerte por eso. Dos veces. Te agradan los mutantes. A la mayoría de los humanos no.

— A la mayoría, Erik, pero no todos.

— Bueno, Charles, tal vez te gustaría idear una prueba para mí — dice Erik mientras se baja la camisa por la cabeza y se la mete dentro del pantalón — Tal vez los pongamos en fila, uno por uno, y les preguntemos, “¿cómo te sientes respecto a los mutantes?” “¿Te agradan?”, y si dicen que si, entonces los dejamos en paz. Si dicen que no, entonces los tratamos como al resto de los humanos. Creo que es una prueba confiable, ¿no crees?  Tal vez te gustaría administrar la prueba tú mismo. Tal vez te gustaría pararte allí a preguntar a cada humano en esta ciudad, uno por uno, “¿te gustan los mutantes, sí o no? Por favor marca uno”. — Puede oír su voz elevándose hasta hacer eco en las baldosas, lo suficientemente fuerte como para hacer que el humano se estremezca un poco cuando da un paso adelante, a apenas un centímetro de ser presionado contra la espalda de Charles, todavía vuelto hacia él.
— ¿Por qué está bien oponerse a una secta de asesinos en masa llenos de prejuicios como los nazis, pero no contra Nueva York, dímelo. ¿Por qué esto - este racismo institucional - es más aceptable que eso?.

Everyday love in Stockholm ~Cherik~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora