Pesada es la cabeza

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Erik solo habla con Charles una vez en el camino de regreso al apartamento. — ¿Cómo entraste a la oficina?

Charles se sobresalta, luego sonríe con tristeza, agachando la mirada para mirar sus pies. — Nada demasiado emocionante. Me temo que abrí la cerradura. Uno de los malos hábitos que adquirí de Raven cuando éramos niños.

— Que humano de tu parte — murmura Erik, y no afloja su agarre.

II

Encierra a Charles en el dormitorio más pequeño, el dormitorio de Erik, u está vez funde la cerradura.

Es cierto que se necesitarán habilidades de escapismo mucho más avanzadas de las que incluso Mystique sospecha haberle enseñado a su hermano humano para poder salir. Cuando Erik se mudó por primera vez había bloqueado la ventana desde el exterior para protegerse de los francotiradores, y Erik había usado los gruesos lazos de seda de la cortina de la sala de estar para atar a Charles de pies y manos, lo suficientemente fuerte como para atarlo pero sin restringir el flujo de sangre. El último vistazo que ve de él cuando cierra la puesta es de Charles acurrucado de lado, de espaldas a Erik, con las muñecas cruzadas torpemente en la parte baja de su espalda y los tobillos juntos. Su nuca desnuda está expuesta, pálida y cubierta de suave pelaje, donde ha dejado que su cabeza se incline hacia adelante, con el rostro medio enterrado más adecuada que Erik había adquirido para sí mismo.

Parece incómodo, pero no lo matará y es más de lo que Erik cree que Charles merece.

Había comenzado su persecución temprano, pero ya es media mañana y lleva dos horas de retraso para comenzar los preparativos con su equipo de ataque. Sin duda se preguntan dónde está Magneto, por lo que se dirige al ascensor, cerrando la puerta del pasillo detrás de sí. Piensa en magnetizar también los narcos de las ventanas del resto del apartamento, para estar seguro, pero si Charles está tan decidido a salir que sería bastante fácil romper el vidrio, así que los deja tranquilos. Charles solo se cortaría y terminaría desangrándose.

Baja las escaleras y sale del ascensor para encontrarse con una cacofonía de mutantes, todos ellos hablando a la vez y moviéndose con determinación entre las habitaciones. Oye a Radar pidiendo más baterías para los walkie-talkies, en algún lugar del piso superior en la sala de conferencias a su derecha, el equipo ocho extiende sus manos para unirse con Azazel, quién los llevará a su posición en el techo del ayuntamiento, listo para infiltrarse una vez que la mayoría del personal humano se haya ido por el día.

— ¿Dónde has estado? — Magneto se gira a tiempo para atrapar el empujón de Mystique en la carne su hombro en lugar de su espalda. Y antes de que ella  pueda volver a intentarlo, él le agarra la mano y la obliga a bajarla. Frunciendo el ceño, mueve las manos para sujetar sus caderas desnudas, levantando la barbilla desafiantemente en su irritación — Subí al apartamento pero no había nadie allí. ¿Te ha pasado algo...? — hace una pausa, cambia de palabra a mitad de la frase — ¿Tú...?

— Fuera — dice brevemente, sin ganas de jugar a la conciliación con ella. — Fui a recuperar algo que, digamos, se había ido de paseo. Todo está bien. ¿Dónde está mi equipo?

Parece que quiere hacer más preguntas, pero rodeada de otros mutantes, se reprime y, en cambio, señala el pasillo hacia la sala de juegos, con la boca apretada y triste. — Allí, esperándote.

Él asiente y le da una palmada en el hombro, y se marcha sin decir una palabra más. Tiene que abrirse paso a través del pasillo abarrotado, pasando por el espacio en el que se encontraba el equipo ocho hasta hace un momento antes de que él exceso lo llene. Dos veces lo detienen otros líderes de equipo que buscan aclarar pequeños puntos, y una vez Havok que busca tranquilidad de que su hermano pequeño ha sido trasladado a un lugar seguro durante los próximos días y lo traerán de vuelta lo antes posible. A los hermanos Summers no les gusta que los separen. — Este no es lugar para un niño — dice Magneto, agarrando el cuello de Havok y apretándolo una vez antes de soltarlo. — Estará bien, concéntrate en tu misión: cuánto más rápido tomemos el control, más rápido él y los otros niños estarán listos para regresar.

Everyday love in Stockholm ~Cherik~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora