Capítulo XIV

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"¡¡Exclamación!!"

"¡¡¡GRITO!!!"

"~Susurro~"

"{Pensamiento}"

'habla entre comillas, con cárcamo, etc'

Acción o descripción

[Cambio de escena, time skip, narrador, personaje en llamada o comunicador, etc]

<Comienzo o fin de recuerdo, imaginación, etc>

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Capítulo XIV : Empieza la práctica
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La mirada en los ojos de Izuku mientras mira el edificio mostraba una cosa nunca antes vista, la mezcla de nostalgia y tristeza. Y los últimos recuerdos que guarda en este lugar no era buenos. Izumi miro el rostro de Izuku, esperando ver alguna expresión, lástima que ella no podía ver a través de las gafas oscuras del albino. Con la llave en la mano, Izumi abrió la puerta.

Caminando hacía el interior, Izumi se quitó los zapatos y los dejó junto la puerta, Izuku entró detrás de ella, hizo lo mismo que Izumi, dejando los zapatos a la par de los de Izumi. Ella levantó la voz y dijo.

- "¡Mamá, estamos en casa!"

Los pasos se escucharon, provenientes de la cocina, tratándose de Inko que asomó mientras tiene en su mano plato y en la otra una toalla con la cual seca el plato, mientras pregunta.

- "¿Estamos?"

Los ojos de Inko se abrieron de par en par, mirando al albino de metro noventa, el plato se resbaló de entre las manos de Inko, y a centímetros de tocar el suelo, se detuvo, flotando hacía la mano de Izuku, cubierta por una sutil aura azul.

- "Hola mamá"

Agarro el plato en el aire, para dejarlo sobre la mesa, mientras el se acerca a su madre, ella apenas podía creer que el era su hijo.

- "I-Izumi, puedes darnos un minuto"

Diría Inko sin mirar a Izumi, de esa manera ocultó un rostro al borde de quebrarse, los ojos de la matriarca Midoriya se encontraban llenos de lágrimas al borde del llanto. Entonces Izumi hizo un gesto de afirmación con el movimiento de su cabeza, mientras camina hacia su habitación.

Cuando la puerta se cerró, eh Izumi parecía que no los podía oír, Inko se derrumbó, abrazando a su hijo mientras llora en el pecho de el, mientras dice entre llantos.

- "¡Perdoname Izuku, debí hacer mucho más para evitar que te llevarán!"

El albino dejó una mano sobre la espalda de Inko, y dijo.

- "No es culpa tuya, eres demasiado débil para enfrentarte a ese anciano"

Llevo la mano sobre la cabeza de Inko, mientras la abraza con el otro brazo, intentando calmar el llanto de su madre.

- "Al menos, por lo que veo, creciste sano y fuerte"

Separada del abrazo de su hijo, Inko intento sonreír mientras mira al albino, pero no fue capaz de hacerlo, pues cada vez que veía a su hijo, solamente le venían a la cabeza los dolorosos recuerdos de ese día que le quitaron a su bebé de los brazos.

Los Ojos De La Infinidad [bnhaxjjk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora