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COMIENZAN LAS PASANTIAS
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Hace dos días, antes del regreso a U.A.
Aquella noche, el apartamento de Aizawa estaba envuelto en un silencio muy inusual.
El hombre mayor suspiró en la comodidad del sofá, dejó que su peso fuera recibido por el mueble, al mismo tiempo que la menor terminaba sus tareas en la pequeña mesa de la sala; su mirada estaba fija en los papeles, haciendo que sus palidas pestañas, cabello y labios brillaran en la penumbra del lugar.
Las cuencas oscuras del héroe se posaron sobre la chica, la observó y pensó en no ir a patrullar esa noche.
Aizawa, había comenzado a turnar los días de patrulla cuando comenzó a cuidar de ella, tenía que asegurarse de su bienestar, quería pasar tiempo con ella, pero sabía que también era un héroe, por lo que no podía desligarse de sus obligaciones.
Con forme pasaba el tiempo, el sol comenzaba a caer y cuando la noche llegó a su punto Aizawa sabía que ya era hora.
Sin embargo algo cruzó por la mente de Shota, notó que los movimientos de ______ eran cuidadosos, como si cada paso fuera medido y calculado. Fue entonces, cuando le entró curiosidad al pensar si alguien podría intentar engañarla. Pues sabía que se acercaban las pasantias, y temía por ello, porque aunque Ishikawa podía ser completamente lista y capaz de cuidarse sola, también era inocente e ingenua. Después de tod, aún era muy joven.
Sus ojos siempre miraban las cosas más pequeñas con asombro y confianza, como si no pudiera imaginar nada más, como si alguien no pudiera hacerle daño, pero también estaba su lado inseguro, sabía que ella conocía sus peligros y por eso era tan cautelosa.
"¿cuánto tiempo le tomó aprender a ser así de cuidadosa con las cosas? hasta el punto de anular todo ruido corporal de ella."
Aveces no sabía que era lo que pasaba por su mente, pero si sabía a qué le temía y cuándo lo pensaba, ella se aferraba a las promesas de los demás sin cuestionarlas, y cuando confiaba en alguien, le entregaba su lealtad, algo que siempre se le había dejado en claro a Ishikawa desde niña.