𝓝𝓸 𝓽𝓮 𝓿𝓪𝔂𝓪𝓼 𝓟𝓸𝓻 𝓯𝓪𝓿𝓸𝓻

15 3 1
                                    

Akemi comprendió aquel mensaje viendo como izana se marchaba junto aquel cuerpo, Sara con tranquilidad se levantó como si nada pues el chaleco antibalas había sido una gran idea por parte de akemi quien ahora solamente caía de rodillas al suelo viendo a shuji con un rostro sereno, la chica limpiaba con un pañuelo la sangre del rostro de su hermano, su mano sentía aquella frialdad en el cuerpo de shuji pero ya nada podía hacer.

-Idiota...shuji -dijo Sara Hino-

-Sara -dijo akemi- Shuji solamente duerme -dijo la chica viendo a Sara- déjalo dormir un poco -dijo sin más desmayándose-

-¡¡¡¡AKEMI!!!!

-¡¡¡¡AKEMI!!!!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Pov akemi

Recuerdo a mi abuelo llamarme para cenar, al mismo tiempo veo el rostro de Sara llena de desesperación y lágrimas, vuelvo a ver a mi abuelo, estamos cenando juntos, shuji volvió de nuevo con golpes y heridas, mi abuelo reprende nuevamente shuji solo...ríe, recuerdo sonreír un poco por las bromas de shuji.....abuelo también ríe y nos abraza a ambos, noto su mano templar fue cuando me di cuenta de su enfermar, recuerdo sentir su mano fría aquella noche, veo gente desconocida a mi alrededor, tienen batas blancas y cubre bocas entiendo ahora son doctores el destello vuelve y estoy frente a la tumba del abuelo, si lo recuerdo taiki conoció la tumba del abuelo, mejor dicho su bisabuelo, el seguro hubiera sido feliz de conocerlo y tenerlo cerca........taiki tendrá que visitarme en aquella tumba también, lo lamento taiki te hare pasar tristeza también, siento no tener fuerzas ahora solo quiero rendirme e ir con el viejo seguro me espera.

Un campo lleno de tulipanes amarillos y un cielo atardeciendo era lo que se ponía ver un color se distinguía entre aquel campo hermoso y color dorado, un cabello negro intenso era agitando por una suave brisa, mientras unos ojos dorados observaban aquel lugar lleno de dorado.

-Eres una mocosa terca, pero no entiendo que haces aquí -decía aquella voz llamando la atención de la chica- Tu hermano y tu han sido tercos toda la vida es tonto verlos aquí tan jóvenes

-V....viejo....-dijo shuji-

-Akemi, shuji no quiero que vengan aquí, no ahora -dijo viendo a ambos jóvenes-

-No quiero regresar -dijo shuji- prefería quedarme aquí contigo

El anciano se acercó a su nieto abrazándolo con calidez, poniendo su mano en la cabeza de shuji para estirar su otro brazo y atraer a su nieta en un abrazo de familia.

𝓣𝓱𝓮 𝓖𝓸𝓭 𝓸𝓯 𝓭𝓮𝓪𝓽𝓱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora