—Akemi Hamma, el director te espera en su despacho —dijo el profesor, mirando a la chica con una mezcla de cansancio y resignación.
—Voy —respondió Akemi, levantándose de su lugar con una calma absoluta y comenzando a caminar hacia la puerta.
El profesor solo suspiró, sabiendo que, aunque Akemi no solía meterse en problemas, siempre que alguien la provocaba, la situación podía escalar rápidamente. Era consciente de que la chica no buscaba conflictos, pero cuando los demás la desafiaban, no dudaba en defenderse, dejando un rastro de consecuencias que los demás, a menudo, no se esperaban. Sin embargo, el profesor también sabía que todo eso se quedaba en la misma escuela, y Akemi rara vez llegaba a enfrentarse a consecuencias graves fuera de la institución.
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La reprimenda del director hacia Akemi no fue tan severa, ya que conocía la naturaleza tranquila de la chica y la mala reputación de las chicas golpeadas. Sabía que, de alguna manera, ellas se lo habían buscado, por lo que el castigo no fue tan drástico. Como siempre, a Akemi le importaban poco esas palabras; su único deseo era salir de ese momento. Finalmente, logró irse solo con una advertencia.
Al salir de la oficina, Akemi se encontró con las chicas aún sangrando por las narices.
—¡Maldita! Espero que te hayan dado un buen castigo —dijo una de ellas, con rabia.
—¡Desgraciada! Esto no se va a quedar así —añadió otra, con tono amenazante.
Akemi no dijo palabra alguna. Se acercó a una de ellas, la tomó del cabello de manera brusca, con una mirada fría y casi asesina, lo que hizo que la chica se callara inmediatamente y temblara de miedo. No podía articular palabra alguna frente a la furia que emanaba de Akemi. Solo mordió su lengua mientras escuchaba lo que la chica decía, casi suplicando en silencio.
—Mira cómo me salgo con la mía. Si aprecias esa carita, no me busques de nuevo —dijo Akemi, soltando a la chica con un movimiento brusco antes de seguir su camino.
Los demás estudiantes observaban en silencio y abrían paso al verla pasar. Tanto chicos como chicas temían a Akemi y sabían bien que lo mejor era no meterse con ella. La atmósfera en la escuela se sentía más tensa que nunca, pero Akemi no se inmutaba.
Al final del día, Akemi se dirigió hacia la salida de la escuela, donde Shuji la esperaba como siempre. Él ya se había escapado de clases hacía rato, sin preocuparse demasiado por lo que sucedía en la escuela. Juntos, comenzaron a caminar hacia otro lado, pasando por un pequeño club donde se apostaba y se peleaba a puño limpio. Aunque no era algo honesto, los chicos del club lo veían como una forma de ganar dinero rápido para llevar comida a casa. No era la vida más limpia, pero era la única opción que tenían.
Shuji se alistaba, realizando ejercicios de estiramiento antes de su enfrentamiento. Sin duda, pelear lo emocionaba, y su energía parecía desbordarse mientras se preparaba para el combate. Akemi, por su parte, solo llevaba su mochila y su chaqueta escolar. Observó a su alrededor, y notó la presencia del chico de anteojos, que le daba mala espina, pero decidió no prestarle atención. Sabía que, en ese ambiente, la gente rara vez valía la pena.
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𝓣𝓱𝓮 𝓖𝓸𝓭 𝓸𝓯 𝓭𝓮𝓪𝓽𝓱
FanfictionEn un mundo donde las decisiones pueden cambiar el rumbo de una vida, un joven estudiante se encuentra atrapado entre sus sueños y la dura realidad que lo rodea. Su nombre es Akemi Hanma, un chica común con aspiraciones de grandeza, pero que, poco a...