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—Vamos a jugar a algo, amor— HoSeok acomodó a su amada Sunshine en la cama y se posicionó entre sus piernas, acarició sus muslos masajeándola permitiendo que se repusiera de su orgasmo. Tomó la botella de agua de su mesa y le dió de beber mientras ella volvía en sí.
—¿A qué cosa quieres jugar más?— respondió ella aclaró su garganta.
—Me siento algo pervertido hoy y se que tu también— le sonrió ladinamente —Estás en tu pick más alto en sus días de ovulación así que se con certeza que también quieres esto— Se acercó a besarla con delicadeza esperando una respuesta de tu su parte.
—Me conoces bien— rió entre el beso, ella llevó sus manos a los hombros desnudos de su esposo disfrutando se su cercanía.
—Jugaremos a que tu eres me paciente y yo tu dentista, juego de roles, ya sabes— su mente no dejaba de rondar una frase —. Y me dirás Doctor Jung, ¿vale?
Ella asintió sin saber desde donde venía esa idea, jamás habían jugado a algo parecido.
—Muy bien, Doctor Jung— ella lo miraba a los ojos enamorada y excitada por su presencia.
—Muy bien Señora Jung, quiero que abra bien las piernas— estiró un de sus piernas apoyándola contra su hombro y apoyo su miembro en la entrada de su canal vaginal y entro un poco y luego cambió de agujero haciendo un juego de entrada y salida que haría perder a cabeza a cualquiera.
—Doctor Jung, vaya más despacio— gimió —Es mi primera vez.
El juego rozaba la perversión y nunca se les había pasado por la cabeza hacer eso pero le había provocado muchas sensaciones aquella chica en su auto horas atrás. El cuerpo de HoSeok se acomodó más cerca del de su mujer en un básico misionero para tener mas contacto y mientras la penetraba y besaba su cuello buscando la forma de aguantar un poco más su eyaculación, YoonSuk le decía al oído cosas que lo ponían a tope
—Nadie va a recibirlo así mas que mi coño, Doctor Jung. He sido hecha a la perfección para que estés así, sobre mi, toda la vida— gemía tan provocativamente que se veía en la obligación de detenerse a momentos y respirar profundo.
HoSeok la miró a los ojos con adoración, su cabello estaba revuelto contra las almohadas, algunos pelos se ondulaban ante el contacto de su frente sudada y se pegaban a la piel, sus mejillas estaban rosadas como dos manzanas y su cuello algo enrojecido del calor de sus venas.
El toque de sus manos en su espalda mientras le daba las ultimas embestidas le parecía el cielo, él amaba eso, amaba el contacto que ejercía ella contra su cuerpo cuando lo sentía al borde de estallar.
—Lo amo, Doctor Jung— acarició su cabello masajeándole la nuca con sus manos y de apoco jalándole el cabello hacia atrás mientras que se desbordaba entre sus piernas. YoonSuk sabía cada una de sus debilidades, lo conocía completamente y por eso se había casado con él.