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JungKook limpió su apartamento y compró algunas cosas para comer y beber, no dejaba de estar emocionado por verla otra vez. Le hacía feliz poder siguiera hablar con ella y a pesar del caos que esta viviendo ella en su contexto familiar, él buscaba ser esa tranquilidad.
La puerta sonó y no le había dado tiempo de quitarse su ropa de oficina para darse una ducha al menos, maldijo en su interior y sonrió al verla tras la puerta.
—Hola—Su sonrisa hizo que YoonSuk también le sonriera.
—Hola—Miró hacia el pasillo y la dejó pasar cerrando la puerta tras de ella —. Tengo dos horas para, sea lo que sea que se llame esto— JungKook la abrazó por detrás y mordisqueó su oreja como jugueteo.
—Tu eliges donde—acarició su cintura subiendo la blusa que tenia puesta sacándola de sus jeans desgastados.
—¿Qué tan cómoda es la encimera de la cocina?—preguntó haciendo que el corazón de JungKook se acelerara y su erección se volviera mas rígida en cosa de segundos.
—No lo sé, nunca la he usado para esto, pero probemos—Caminaron juntos hasta el lugar desnudándose a su ritmo, JungKook dejó el condón que traía en el bolsillo sobre la encimera mientras YoonSuk jalaba de su corbata para besarlo.
JungKook despertaba en ella eso que creía perdido, la creatividad que siempre la destacó en la cama, las ganas de contacto físico y el deseo interno de sentirse deseada. Él la poseía con intensidad sin dañarla, era evidente las ganas que tenía él de tenerla cerca y si todo era una fantasía erotica entre ambos, daba lo mismo, no importaba al menos para ella.
—Toma, bebe—Entre besos y caricias en sus pieles desnudas, manos algo sudas y jadeos YoonSuk destapó uno de sus senos y llevó la cabeza de JungKook a la zona donde él se acopló de inmediato, sudoroso y gimió al sentir la mano de ella en su erección acariciándolo sobre su pantalón.
Sin dejar de juguetear con su seno, JungKook desabrochó sus pantalones y los bajó junto a su boxer logrando sacar su miembro, gimiendo al primer contacto de la mano de ella contra su erección.
No quería soltarla y menos que todo aquello acabara en una eyaculación sobre su pierna; él estaba demasiado débil por ella, su esperma terminó en su mano la limpió con una servilleta de papel que tenia cerca.
—Rayos—Se quejó él sintiéndose desafortunado.
—Ve el lado positivo, no necesitamos condón para el siguiente paso— abrió sus piernas moviendo su braga al costado acariciándose sus pliegues. Él acercó su boca a la entrepierna para lamerla a gusto arrancándole gemidos liberadores para luego tomar sus piernas y llevarlas a su hombro y penetrarla.
—Eres hermosa, Suk—Besó su muslo mientras la follaba más lento —. La mujer de mis sueños
YoonSuk escuchaba todo aquello extasiada por la emoción del momento.