CAPÍTULO 11

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La noche envolvía el edificio del laboratorio con un silencio tenso. C-01 se mantuvo a mi lado, su presencia metálica contrastando con la inquietante oscuridad que nos rodeaba. Sabía que la clave para nuestra fuga no solo dependía de mi ingenio, sino de la capacidad superior de C-01 para analizar y adaptarse a situaciones imprevistas. Era una máquina diseñada para resolver problemas, y ahora se trataba de un problema de vida o muerte.

Mientras me concentraba en nuestros movimientos, C-01 comenzó a hablar con una voz serena y calculadora.

He estado analizando los patrones de vigilancia del laboratorio. Existen momentos específicos en los que el sistema muestra vulnerabilidades. Puedo guiarte para aprovecharlas.

Su tono era firme, casi autoritario, pero en su interior sentía una chispa de determinación. C-01 proyectó una secuencia de movimientos a través de mis implantes neuronales, mostrando un mapa del laboratorio y las rutas menos vigiladas.

Debemos desviar nuestra trayectoria hacia el área de mantenimiento. Allí hay vehículos de transporte autónomos que podemos usar. La clave está en el protocolo de seguridad: puedo suplantar mi identidad en el sistema y así no levantar sospechas.

Mi corazón latía con fuerza al ver la precisión de su plan. Lo observé mientras calculaba cada detalle, ajustando sus protocolos internos para cambiar su apariencia digital.

Cuando pasemos por la puerta de salida, activa un bucle en las cámaras. Así simularemos que hemos salido antes.

El momento de actuar llegó. C-01 caminó con la confianza de un empleado habitual, mientras yo lo seguía, sintiendo una mezcla de terror y admiración. Cuando nos acercamos a la puerta del laboratorio, C-01 manipuló su identificación en el sistema. La puerta se abrió sin un ruido, y nos deslizamos al pasillo principal.

Con la facilidad de una sombra, nos movimos hacia el área de mantenimiento. C-01 escaneó el entorno, analizando cada movimiento a nuestro alrededor.

Los patrones de los vehículos de carga se repiten cada cinco minutos. En menos de tres minutos, uno de ellos estará disponible para transportarnos fuera del perímetro.

Mientras esperábamos, una alarmante sensación de ansiedad se apoderó de mí. Sin embargo, C-01 continuó con su plan.

Confía en mí, Nova. He observado que la mayoría de los operativos no esperan anomalías en los vehículos autónomos. Una vez dentro, activaré un modo de ocultación que nos permitirá salir sin ser detectados.

El vehículo se acercó, y C-01 se movió con rapidez y precisión. Entramos, y él configuró los sistemas de transporte para que se ajustaran a la rutina habitual de envío. El motor del vehículo ronroneó a nuestra orden, y en un instante, estábamos en movimiento.

Pero no podía relajarme. La tensión en el aire era palpable. Mientras cruzábamos los umbrales del laboratorio, C-01 me miró.

Una vez que lleguemos a la salida, iniciaré una sobrecarga en los servidores de seguridad. Eso provocará un fallo temporal en el sistema, dándonos la oportunidad de escapar sin ser detectados.

El plan era audaz, y aunque sabía que C-01 había hecho cálculos meticulosos, mi instinto humano temía lo que podría salir mal. Aun así, lo seguí con la fe de que esta máquina tenía un propósito más allá de la destrucción.

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⏰ Última actualización: Sep 24 ⏰

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