Lo que más le gusta a Violeta de los finales de gira de su mujer es prepararle el desayuno el primer día de descanso. Lo que empezó como una forma de recuperar el tiempo perdido por la primera gira que tuvo, se terminó convirtiendo en una especie de lenguaje de amor; tiempo de calidad, comida y quererse, lo tenían todo.
Desde un bol con el famoso Lima-Limón de alpro con cantidades casi ilegales de miel hasta las tortitas que aprendieron a cocinar gracias a un video de youtube después de darse cuenta que, alimentarse únicamente de comida rápida no era la solución. De las ollas y sartenes quemadas durante el proceso de aprender a cocinar prefiere no hablar.
Sin embargo, algo que ha cambiado con los años ha sido la compañía a la hora de hacer el desayuno antes de llevárselo a la cama. También cambia que ahora, en su dedo anular, lleva el anillo de su boda a juego con la morena que duerme en su cama.
—No, no, no Jamie cuidado,—más veces de las que le gusta admitir critica por lo bajo toda esa mierda de la crianza respetuosa y su opinión mientras le quita a su hijo la espátula para darle la vuelta a las tortitas, es que quien lo inventó no tenía hijos.— te puedes hacer pupa peque, venga, a despertar a mamá.
Lo ayuda como puede a bajar de la trona. Bandeja en ambas manos con todo lo imprescindible -y un biberón- para el desayuno. Teme varias veces por la integridad física de su hijo de dos años mientras se coge a la barandilla y sube torpemente uno a uno, los escalones que separan la primera planta de la segunda pero a pesar de todo, termina alcanzando el final y echa a correr a pasitos apresurados para abrir sin ningún tipo de cuidado la puerta de la habitación.
— Espera, espera...—avisa cuando lo ve intentar subir a la cama varias veces sin éxito. Bandeja apoyada en la cómoda y un empujón suavecito en su pañal para que termine de subir fingiendo mucho esfuerzo al llegar a los pies de su mamá para dejarse caer con un grito agudo escapando de sus labios. con toda la fuerza de sus pulmones.
—What the h—comienza la morena abriendo los ojos de golpe casi sin aire en los pulmones por la forma en la que tiene a su hijo sobre ella.—Morning, babe...can you...?—deja la pregunta en el aire siendo ella la que quita a Jamie de encima. Sí, lo de seguir usando el inglés indistintamente era algo que también hacían con su hijo.
—¿Cómo estás?—pregunta con una sonrisa la pelirroja acercándose con la bandeja para dejarla en el centro de la cama. Un suspirito cuando por fin se sienta en la cama y Jamie ocupa su lugar entre las piernas de Chiara, biberón en mano. Sabía que ella no era la única que había echado de menos a la medio inglesa y, a pesar de que ha dejado que Jamie duerma con ella en la parte que normalmente suele ocupar la morena, nada era comparable a sentir el calor de su cuerpo y no puede culparle.
—Agotada,—suspira, pero no pierde la sonrisa.— Han sido meses durillos lejos de este bicho,—mano en la tripa de la pelirroja. Un puchero. Joder, si lo piensa, en apenas unos meses la tripa de barriga ha crecido bastante y eso que aún quedan varios meses para cumplir las semanas correspondientes de embarazo.— ¿Y vosotros qué tal habéis estad—se corta a la mitad, siente una patada contra la palma de su mano y sus ojos se abren como platos antes de que el puchero aparezca en sus labios.— Ay...
—Te ha escuchado, pues ya ves...Te hemos echado de menos los tres,—responde con una sonrisita. Se inclina y la besa muy suave, muy tierno...Tal y como son ellas. No puede evitar sentirse de nuevo completa y eso que ella ha estado ocupada cuidando de Jamie y yendo de aquí para allá...Pero nada es comparable a tenerla allí con ellos. Sabe que no es cosa de las hormonas, que realmente han construido una familia y un hogar...Y antes de que pueda notar como las lágrimas se agolpan en sus ojos enturbiando su mirada, sacude la cabeza y vuelve a besar su mejilla.
—Bueno, pero ahora ya estamos todos juntitos otra vez y no pienso moverme hasta dentro de muuuucho.—alarga la vocal mientras llena a su hijo de besos en la mejilla mientras bebe de su biberón.
Sí, lo mejor de las giras, eran cuando acababan y empezaba su vida en familia con sus personas favoritas.—
We are so back.
No sé, supongo que es culpa de las necesidades que me creáis con muchos de los tweets, tampoco es nada del otro mundo pero PEEEEERO espero que os guste, perdón por la ausencia, creo.Nos leemos más pronto de lo que creéis...Y CREEEO que tengo algunas cosas más de los bebés, jaja.
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Mis letras para ti.
Hayran KurguAlguien me obligó a subir esto, son pequeñas historias sin ningún hilo conductor, escenas que narro en mi mente y que suelo plasmar sobre el papel. Estoy abierto a sugerencias, mwah.