𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 08

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"Destino"

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"Destino"

El viento que soplaba a través de las ventanas de la Fortaleza Roja esa noche traía consigo un aire de inquietud. La luna estaba alta, proyectando su luz plateada sobre los muros de la fortaleza, pero dentro de la cámara real, el ambiente era denso y cargado de tensión no dicha. La reina Alicent, envuelta en una capa de terciopelo verde oscuro, caminaba lentamente por los pasillos que conducían a los aposentos del rey. Su semblante era firme, decidido, y aunque mantenía una expresión controlada, por dentro, la ambición y la preocupación luchaban por imponerse.

Viserys, su esposo, el rey, estaba más débil con cada día que pasaba. Los dolores de su enfermedad lo consumían lentamente, y sus decisiones se volvían cada vez más erráticas, más influenciables. Alicent sabía que, si quería asegurar el futuro de su hijo Aegon y, por ende, el suyo propio, este era el momento adecuado para presionar el tema que había evitado hasta ahora: el matrimonio de Daelyra y Aegon.

Al llegar frente a las grandes puertas de la cámara real, Alicent respiró hondo. Sabía que su esposo estaba cansado, probablemente demasiado agotado para discutir asuntos de gran importancia, pero eso jugaba a su favor. En su estado actual, era más susceptible a ser persuadido, y Alicent tenía todas las palabras listas, cuidadosamente planeadas para lograr lo que deseaba.

Golpeó la puerta suavemente antes de entrar. En el interior, la habitación estaba débilmente iluminada por las velas que parpadeaban en los candelabros. Viserys estaba acostado en su lecho, con una manta gruesa cubriéndolo, su rostro pálido y envejecido, una sombra de lo que alguna vez había sido. Al oír los pasos de su esposa, levantó la vista con una sonrisa débil.

—Alicent —dijo con voz rasposa, alzando una mano en señal de saludo—. ¿Qué te trae aquí tan tarde?

Alicent avanzó lentamente hacia él, con la gracia y serenidad que la caracterizaban. Tomó asiento al borde de la cama, su mirada cálida y comprensiva.

—He estado pensando, mi amor —empezó, su tono suave, casi maternal—, en nuestra familia. En el futuro que debemos asegurar para nuestros hijos y nietos. Hay algo que necesitamos discutir, algo importante.

•𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎 & 𝐃𝐄𝐁𝐄𝐑• |𝐀𝐞𝐠𝐨𝐧 𝐈𝐈 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧 & 𝐇𝐎𝐓𝐃|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora