𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 09

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*••Los deseos••*

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*••Los deseos••*

En los sombríos pasillos de la Fortaleza Roja, la atmósfera se sentía pesada, cargada de silencios inquietantes y el rumor de voces apagadas. La guerra civil, que había devastado al reino durante años, no solo había fracturado familias, sino que también había dejado heridas profundas en el corazón de aquellos que vivían bajo el mismo techo. Los ecos de los pasos de la Reina Alicent resonaban en los corredores mientras se dirigía hacia los aposentos de su nieta, Daelyra. A su lado caminaba Aegon II, su hijo Mientras caminaban algo ardía en los ojos de Aegon, algo que los cortesanos murmuraban a escondidas, pero que nunca osaban decir en voz alta: su obsesión por Daelyra.

Alicent sabía que el momento que se avecinaba no sería fácil. Daelyra era la hija de su  rival, Rhaenyra, quien ahora estaba alejada, ocupada con su nuevo esposo, Daemon, y su vida en Dragonstone. Daelyra, a pesar de su linaje, estaba sola en King's Landing, rodeada de un mar de tiburones.

Cuando llegaron a la puerta de los aposentos de la joven princesa, Alicent tomó un respiro profundo y lanzó una mirada rápida a Aegon. Sus ojos, siempre cargados de una mezcla de ambición y desdén, parecían brillar con un deseo oscuro, uno que había mantenido oculto durante mucho tiempo, pero que ahora se hacía evidente.

—Es hora —murmuró Alicent, golpeando suavemente la puerta antes de entrar.

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Daelyra estaba sentada junto a la ventana, mirando las torres grises de la Fortaleza Roja y más allá, el cielo encapotado que se cernía sobre la ciudad. Había algo inquietante en la calma del día. Sabía que algo iba a suceder, lo sentía en su piel. Había escuchado los rumores, las pequeñas frases entrecortadas que los sirvientes dejaban escapar cuando pensaban que ella no estaba escuchando.

"El Rey está enfermo. Muy enfermo".

"Quieren casar a la princesa Daelyra... con Aegon."

El simple pensamiento de su tío Aegon, y lo que implicaba ese matrimonio, le helaba la sangre. Había crecido bajo su sombra, viendo cómo su mirada la seguía en cada rincón del castillo, como si fuera una presa que aguardaba el momento de ser capturada.

La puerta se abrió, y la figura de su abuela, la Reina Alicent, entró con su porte solemne y decidido. Detrás de ella, Aegon, con su postura imponente, la miraba con esos ojos que parecían devorarla sin palabras.

—Querida —dijo Alicent suavemente, su voz tan dulce como el veneno más mortal—. Necesitamos hablar.

Daelyra se levantó lentamente, sus manos temblorosas delataban su nerviosismo. Sentía que algo grande y terrible estaba por ocurrir, y su corazón comenzó a latir con más fuerza.

—¿Qué sucede, abuela? —preguntó, aunque en el fondo ya sabía la respuesta.

Aegon avanzó un paso, sus ojos fijos en ella. Alicent, con su sonrisa calculada, se acercó a Daelyra y tomó sus manos entre las suyas.

•𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎 & 𝐃𝐄𝐁𝐄𝐑• |𝐀𝐞𝐠𝐨𝐧 𝐈𝐈 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧 & 𝐇𝐎𝐓𝐃|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora