Jacob y Jared eran los que tenían el turno de patrulla cuando Bella volvió a entrar en fase. Sintió que sus pensamientos rozaban los suyos mientras corría, pero mantuvieron su conversación en un murmullo en el fondo de su mente cuando se dieron cuenta de con quién estaba su Beta. El único comentario de Jake antes de que Bella los ignorara fue: "Ten cuidado". La mayoría de la manada había aceptado su vínculo con Rosalie, pero no había ningún lobo que confiara plenamente en un Cullen.
Rosalie no bromeaba cuando dijo que tratara de mantener el paso. La vampiresa rubia estaba en algún lugar de los árboles por encima de ella, revoloteando de rama en rama en elegantes arcos, mientras que Bella estaba atascada en el suelo luchando entre matorrales de zarzas y maleza del bosque que parecía empeñada en hacerla tropezar. Eso también podía deberse al hecho de que la beta no podía dejar de mirar a Rosalie, no hacia dónde iba, hasta que la loba marrón leonado chocó de cabeza contra un árbol.
Una risa melódica resonó en las copas de los árboles antes de que Rosalie apareciera junto a una rama del árbol contra el que había chocado Bella, apoyada en el tronco con los brazos cruzados. Su piel reflejaba la luz de la luna en pequeñas ráfagas de luz que decoraban las hojas a su alrededor con un arcoíris de colores.
"Sabes, no serías un buen perro vigía, Bella".
La Beta sacudió su enorme cabeza con un gruñido antes de echarse a correr por el bosque. Rosalie la siguió. En el fondo de su mente, Bella se dio cuenta de que era posiblemente la primera vez desde que los Cullen habían vuelto que Rosalie la llamaba por su nombre. El pensamiento le dolió casi tanto como la vertiginosa felicidad que le llenaba el pecho. La dicotomía entre la parte loba y la parte humana de su alma planteaba demasiados interrogantes para que su cerebro adormecido pudiera comprenderlos en aquel momento, así que, por el momento, la beta los dejó de lado.
Lo que no podía dejar de lado tan fácilmente era su confusión. ¿Por qué Rosalie la había estado esperando en su casa? ¿Cuánto tiempo llevaba allí? ¿Por qué le importaba que Bella no hubiera dormido ni comido?
¿Por qué miraba ahora a Bella a los ojos?
Tantas preguntas se arremolinaban en la mente de la Beta que casi se olvidó de a dónde iba. El leve aroma de la hierba aplastada y las flores arrancadas llegó a su agudo olfato, obligando a la loba leonada a volver al presente. Redujo la velocidad al trote a un kilómetro de donde la manada se acostaba por la noche, con las orejas aguzadas para captar el débil sonido de los cascos y el crujido del pelaje contra la hierba.
Rosalie bajó de los árboles y aterrizó en silencio junto al lobo leonado. Sus ojos eran tan oscuros que Bella no podía distinguir su iris, y en el fondo la beta sabía que debería estar aterrorizada ante aquella visión. Un vampiro hambriento era uno de los depredadores más peligrosos del planeta. Capaz de desgarrar a un lobo adulto en cuestión de segundos, con una sed de sangre que podía arrasar ciudades. En cambio, Bella sintió que su cola comenzaba a moverse.
Dios mátame ahora.
Por suerte, Rosalie no hizo ningún comentario sobre su falta de control, demasiado concentrada en la manada como para darse cuenta. "Cuento doce. Tres cervatillos, seis hembras, una de ellas es vieja y cojea, y un par de machos".
Bella parpadeó. Sabía que los sentidos de los vampiros estaban aumentados, pero ni siquiera ella podía decir cuántos había en la manada. Rosalie se agachó y su voz se convirtió en un murmullo frío: "Dijiste que sabías cazar, chica lobo. Veámoslo".
La emoción de la caza ya calentaba la sangre de la Beta, pero el desafío añadido de su impronta la encendió. La loba parda se puso en cuclillas de cazadora y se alejó de Rosalie. Bella había estado cazando casi desde el primer mes en que se transformó, observando a las manadas de lobos salvajes cazar y adoptando sus técnicas hasta que se convirtieron en un hábito. Puede que Rosalie llevara cazando desde antes de nacer, pero la Beta iba a demostrar que podía mantener y cuidar a su huella. Era una protectora, estaba escrito en su ser.
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Light in the dark | Rosella
Hayran KurguEl bisabuelo de Bella Swan, Ephraim Black, le transmitió el gen metamorfo, convirtiéndola en su descendiente mayor. Tras ser abandonada por los Cullen, se activa su primera fase y se une a la manada de Sam. Juntos, ella y la manada aprenden a crecer...