14. Sorpresa para todos

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Brennan amaneció con náuseas entonces procedió a hacerse un test de embarazo en esa misma tarde después de ir a la farmacia el cual dio positivo, estaba todo claro lo de su cambio de humor repentino y los demás síntomas como el cansancio, etcétera.

- Que felicidad!! ¿De verdad vamos a tener un bebé? - Le pregunta Diego sorprendido con una sonrisa en la cara.

- No, lamento decirte que vamos a tener un koala - Bromea ella en enseñándole la prueba con las dos rayitas indicando que significaba positivo.

- No lo puedo creer, no se me ocurrió que tus malestares pudieran ser por eso. ¿no es que estabas tomando pastillas?

- Es que no entiendo que pasó, tal vez debe haber sido cuando me olvidé tres días seguidos de tomarla e hice macana o cuando lo arreglé tal vez ya era tarde.

- No le podemos decir aún a Delfi hasta hablar bien con el médico.- le dice Diego levantando el dedo índice.

- No! Te iba a decir lo mismo, por lo menos hasta que esté de tres meses.

- Con lo ansiosa que está por tener un hermanito, no quiero que se ilusione sin todavía saber como viene todo. - Y abraza a su mujer y la besa muchas veces de la felicidad.

La niña entra del patio y viendo a sus papás abrazados muy contentos le contagian la alegría a ella.

- Mami, papi, yo también quiero abrazarlos!! Los amoo!!.

La familia se abraza mutuamente. Diego y Brennan con miradas cómplices para que la niña no sospeche el motivo, se esconden como pueden el test aunque la niña no supiera que es eso.

Días más tarde

Eran las 9.10 que llegaba Brennan a la cafetería, su amiga Astrid le hizo el favor de atender el negocio y cuidar de Delfina en lo que ella tenía turno con el médico que le vió los análisis y había aprovechado a ir a la farmacia por algo que le recetó para reducir los síntomas.

- Todo en orden, casi dos meses y tengo que cuidarme en la alimentación para mejorar. - Le dijo ésta a su amiga con señas y vocabulario disimulado para que la niña no se dé cuenta de lo que hablaban.

- ¿Hola como están? Perdón por no avisar que venía a saludar, tenía ganas de estar un rato con mi nieta.

Era la abuela Isabel, mamá de Pablo. Ambas la saludaron amablemente y Astrid se fue enseguida porque tenía cosas que hacer.

Delfina estaba muy contenta porque le había traído de regalo unos crayones y hojas de colores, con lo que ella amaba dibujar y pintar.

Estuvieron un buen rato charlando la abuela y nieta, Brennan un poco en lo que se iba desocupando a medida que iba atendiendo mesas, mientras la señora tomaba una taza de té y la niña un vaso de leche.

- Hija ¿Por qué no aprovechas que está tu abuela aquí y le das una de las tarjetas que tenemos allí en el primer cajón al lado de la registradora? - La niña primero la mira sin entender hasta que se da cuenta de lo que ésta le decía, con una gran sonrisa procede a dirigirse a buscar lo que su madre le pidió y luego se acerca corriendo y extiende su mano.

- Es una invitación para tí y para el abuelo Mirko, es de la fiesta de mi cumpleaños número ocho que es el próximo Domingo, le dice la niña sonriendo de una forma muy dulce y espontánea.

En ese instante ingresa por la puerta Pablo.

- Pablo! Llegaste justo, a tí también te tengo una tarjeta!!.- Le grita Delfina con entusiasmo desde su silla agitando la invitación como si fuera un banderín, algunas de las personas que se encontraban en la cafetería miran en dirección a ellos cuando la voz de la niña rebotó por todo el salón.

Brennan le hace señas a su hija para que se comporte, ya le había dicho un día que no tiene que hacer ese tipo de cosas porque interrumpe a la gente en su momento de tranquilidad, ya que algunos van con sus laptops para trabajar o hasta con un libro para leer mientras desayunan o meriendan.

A la señora Isabel en cambio lo que más le incomodaba de ese momento es que la niña no se refiera a su hijo como papá pero debía entender que Diego era la prioridad como imagen paterna y más sabiendo que todo era muy reciente.

- Me parecía que era tu auto el que está del lado de enfrente, que casualidad vinimos los dos a ver a la niña más hermosa. - Le dice Pablo a su madre y saludando a la pequeña que estaba muy feliz.

En lo que ve que Brennan está en la barra rellenando los servilleteros, él se acerca ofreciéndole una parte de dinero por lo de la fiesta que se aproximaba, ella lo intenta rechazar pero al ver que el joven insiste demasiado, se lo acepta.

- Pablo yo quisiera pedirte un favor si es que puedes. - Le dice ella a lo que él asiente y la escucha atentamente.- Yo quisiera saber si tú tienes una foto de Elena para que Delfina conserve mejor un recuerdo de su madre.

- No tengo ninguna pero en cuanto me cruce de nuevo con la que era su amiga le puedo preguntar a ella o si puede haber alguna forma de conseguir una.

Cuando Delfina había llegado a sus vidas Diego y Brennan no tuvieron manera de buscar su pasado.

En el hospital no tenían nada de información de cuando estuvo internada, solamente antes de morir Elena dejó el nombre y fecha de nacimiento de la niña junto con el de Diego como padre de ella.

No sabían ni siquiera de los demás familiares, también recorrieron todos los kinder con la niña y en ninguno estaba inscripta.

Era como si no fueran de esa ciudad, porque en el registro civil no había nadie con el nombre de Elena Clark ni Delfina Clark, en el cual aprovecharon y le pusieron el apellido de Diego, además de que a la niña no le sonaba conocido ningún lugar, excepto el hospital cuando fueron a ponerle las vacunas, etcétera.

Para el funeral no había ido absolutamente nadie dijo la asistente social que se encargó del Delfina, solamente una amiga de su madre, que según ella la conocía del trabajo pero no tenía información de ningún tipo, es más la investigación de su muerte nunca se pudo cerrar por ese mismo motivo, no tenían en donde buscar.

Una vez cerrada la cafetería, que estaban todos en la casa menos Diego que aún seguía en el trabajo, después de estar jugando la niña en el patio con su padre biológico y su abuela, Brennan les dijo que la comida de Delfina ya estaba lista.

Así que se sentaron a acompañar a la niña que almuerce antes de ir a la escuela, en eso llega la abuela Coni, mamá de Diego, así que Brennan presenta a ambos abuelos para que se conozcan.

- Me llamó Dieguito para que lleve a Delfi a la escuela en lo que él se demora en una reunión por si tú te sentías mal por lo del bebé. - mete la pata la suegra de Brennan.

Delfina deja de comer, gira su pequeña cabeza con seriedad en su mirada abriendo grande sus ojos.

- ¿Qué bebé?.- preguntan los tres al unísono.

















Vencer lo turbioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora