4. Cada vez más necia

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Han pasado varios días y Diego se encontraba en el trabajo armando paquetes como siempre, con la diferencia de que estaba haciendo horas extras, para evitar tener que ir al bar o que se le aparezca Brennan en su depa.

Se encontraba solo en el galpón, en una de esas que levanta la vista venía entrando alguien por el fondo y ve que era Alexander con Brennan por detrás, se quedó petrificado por unos segundos y cuando reacciona se apura a tapar la droga antes de que se acerquen demasiado y ella vea algo.

- ¿Que hacen? ¿Por qué la trajiste aquí? ¿Y si llegaba a estar el jefe o alguien más? ¡Estamos jodidos! ¡Llévatela!

- No seas paranoico, tranquilo, antes de entrar vimos que el jefe se iba y yo ya sabía que a ésta hora estarías solo y ella estaba insoportable preguntando por vos a cada rato y como últimamente te lo pasas trabajando y durmiendo te la traje. Porque la señorita no me cree que en casa no estás nunca.

- No hablen como si yo no estuviera escuchando - dice ella cruzándose de brazos.

- Bueno yo los dejo para que hablen solos - dice Alexander y se va.

Diego se queda atónito por la actitud tan campante de su compañero, realmente no entendía como es que no veía la gravedad de la misma forma que él, entonces la mira a los ojos a Brennan y le dice con el tono más serio que le sale:

- Bueno, entonces ya oíste, vete por donde viniste antes de que alguien te vea, no puedes estar aquí, puede ser peligroso, no solo para tí sino para mí también.

- No puede ser para tanto, es solo un galpón de trabajo donde arman bultos de sal gruesa por lo que veo. ¿Qué podría ser peligroso? Ni que hubiera droga y tu jefe sea un mafioso - Ella lo dijo como broma a eso último pero vió como se le transforma la cara a Diego y se queda estática esperando que él le diga que no era cierto pero él no dice nada - No me mires como si realmente fuera así, porque no lo creo, dime la verdad de por qué te da miedo que venga alguien.

- No te lo quería decir pero aquí nos dedicamos a eso que dijiste y por eso es peligroso, no quiero que te pase nada, vete ya por favor - Sintió que era el momento de que sepa la verdad para ver si de una vez por todas lograba que se fuera.

- No me voy a ir, no tienes pinta de narcotraficante mafioso.

- Es que mi jefe lo es, yo no, yo simplemente me dedico a armar los paquetes camuflados en estos que ves acá de sal gruesa para cuando viene el camión los tengo que cargar y se los llevan a distribuir. Por eso no puedes estar aquí, estamos en la boca del lobo.

- No te voy a creer hasta que no vea la droga - Ella en realidad no le creía.

Diego no podía creer lo necia que era y lo más loco es que eso le atraía aún más, realmente era una chica que se lo ponía todo muy difícil. Así que no le quedó de otra y cuando fue a destapar los paquetes vió que a Brennan no se le abrieron más los ojos porque no podía.

Realmente se quedó impactada con lo que vió, no podía creer que era cierto, era imposible que fueran paquetes de mentira porque no tenía ningún sentido así que tuvo que asumir que todo era verdad, él trabajaba como empleado de un narco mafioso, en un instante se le cruzaron miles de pensamientos por la cabeza hasta que decide preguntar con miedo de oír una respuesta que no le guste.

- ¿También te obliga a matar personas cuando ponen en peligro el "negocio"?- pregunta ella con miedo de la respuesta.

- No, ya te dije, solo empaco y los acomodo en el camión, nada más. Y espero que siga así, no quisiera tener que matar a alguien.

- ¿Y por qué no renuncias si es un trabajo de mucho riesgo?

- De éste tipo de laburo o no te metes o directamente no sales con vida. Éste es mi destino.

En ese instante justo sintieron unas voces por la puerta del costado en un ángulo que no tenían acceso visible.

Diego la agarró del brazo como pudo y la llevó en dirección a un "escondite" entre unas góndolas para que no los vieran y le hacía seña de silencio a Brennan con el dedo.

Los dos quedaron muy cerquita de frente haciendo contacto visual. Brennan tenía los ojos llenos de miedo pero él con los suyos a los pocos segundos logró que se calme un tanto.

Estuvieron en silencio mientras escuchaban una discusión turbia, era notable que había presencia de al menos tres personas teniendo vocabulario ofensivo, amenazas violentas, etc. Parecía de película.

De nuevo había terror en los ojos de Brennan sumándose una leve cristalización, estaba a punto de entrar en pánico cuando por fin se empezaron a alejar las voces y los pasos hasta que nuevamente volvieron a quedar solos en el lugar.

Logró dejar salir todo el aire que había estado conteniendo en sus pulmones, las piernas le temblaban como nunca y el corazón parecía que se le iba a salir.

- Tranquila, no nos vieron, pero te tienes que ir ya y por favor no me vuelvas a buscar, ya sabes que a mi lado correrías peligro ¿verdad?

Ella lo mira detenidamente con el seño fruncido y recuperándose del susto procede a hablar.

- ¿Y qué tiene que ver que nos veamos en la calle, en tu casa, en la mía o en cualquier lugar?

- No quiero que te relacionen conmigo. No soportaría que te hagan daño. - Le dice sinceramente.

- ¿Y por qué no me dejaste ir ese día en la quinta? ¿Por qué dejaste que te conociera más a fondo? - Le reclama ella colocando los brazos en jarra.

- Yo no quería, es que fue un impulso, mi idea era seguir ignorándote, luego nos caímos bien y todo lo que siguió pero de entrada no fue nunca mi plan - le dice él lo más frío que le sale sin verla a los ojos.

- Bueno ahora ya está, las cosas por algo pasan, nos conocimos, nos gustamos y ahora a afrontar lo que suceda, ayúdame a salir de aquí sin que me vea alguien por favor. ¿A la noche nos vemos en tu casa?

Diego empieza a menear su cabeza de manera negativa

- Es que no puede ser que seas tan terca, ¿no me entiendes cuando te digo que no nos tenemos que ver más, que quiero estar solo, que es peligroso que estés conmigo en cualquier lugar? Me llego a mandar una sola macana acá o me matan a mí o a tí, ésta gente no perdona nada.

- Pues prefiero correr el riesgo, porque me encantas ya te lo dije y a pesar de todo se ve que eres un buen chico que se preocupa por mí, te lo agradezco pero no es necesario, ya estoy grande.

Ambos están de frente y tan cerca que Diego no puede contener su mirada de fascinación hacia su belleza, los dos al conectar se funden en un beso intenso, hasta que Diego cae en la realidad y la aparta un tanto con la respiración agitada.

Se da cuenta de que quiere algo más con ella y a la vez piensa en como le tiene que hacer para ser lo contrario a un buen chico y convencerla de una vez por todas de que se mantenga lejos.

Si no se pudo por las buenas lamentablemente tendrá que ser por las malas. Aunque le cueste. Esa chica en cualquier momento si sigue insistiendo va a terminar sacando lo peor de él. Eso lo daba miedo.
















Vencer lo turbioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora