11. La desición más difícil

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Brennan se queda impactada y ahora todo le cerraba, el rostro de ese hombre le sonaba conocido porque era igual al de su pequeña.

Ella mira por detrás para asegurarse de que su marido e hija no estaban de curiosos viendo hacia la puerta, ya que están en su mundo charlando, entonces Brennan sale de la casa invitándolo o más bien obligándolo a ir a su cafetería que estaba pegada a la casa para hablar.

Cuando ingresan al local a Nadia la empleada que tenía, le llama la atención ver a su jefa algo nerviosa e incómoda con el mismo hombre bello al que ella misma había derivado hacia la casa cuando se acercó preguntando por la niña Delfina.

Ellos toman asiento en una de las mesas que está contra el vidrio que da vista a la calle.

- No te hice pasar a mi casa, porque primero debo hablarlo con mi pareja que está en éste momento con Delfina y no quiero que ella aún te vea.
¿Cómo diste con nosotros? ¿Cómo es que no estuviste con la niña desde que nació? Elena nombró a Diego como padre de Delfi. - Brennan atacó con todo al joven, estaba desesperada por querer saber todo.

Por su cabeza pasaban un montón de inquietudes, pensaba que tal vez Elena tendría que haber sabido que éste hombre era el padre de la niña, porque ambos rostros eran idénticos, lo que la impacientaba es que no lo haya querido confersar en el hospital antes de morir, temía que fuera por algo muy malo, entonces tenía que estar en alerta por el bien de Delfina.

- Me acabo de enterar hace poco sobre mi paternidad. Llegué del extranjero hace unos meses, me encontré de casualidad con una amiga de Elena, me informó lo de su muerte y que yo soy el verdadero padre de su hija que había quedado huérfana. Luego en el hospital quise averiguar pero nadie recordaba nada de ella hasta que una de las enfermeras que estuvo cuidando de Delfina me dijo que la vio aquí en ésta cafetería sola haciendo unos dibujos, que la misma pequeña le contó que su mamá la había dejado con su papá y la novia de él.

Todo comenzaba a tener sentido para Brennan, el hombre había tenido una relación con Elena hasta que se fue a vivir al extranjero por tiempo indefinido y habían terminado antes de que él emprendiera marcha. Aparentemente ella no tenía como contactarlo y por eso dijo que Diego era el padre, para que quede en buenas manos su hija.

- Yo de aquí voy a hablar con Diego, lo más probable es que enseguida vayamos a una cita con la asistente social para que nos diga que se debe hacer en éstos casos. Me tienes que dejar tu número telefónico y esperar a que te contactemos. Por favor te lo pido de corazón, no te acerques a Delfina hasta que sepamos bien que hacer.

Se notaba que Pablo era una persona decente que no presentaba peligro alguno sumado a su historia de tal ausencia todos éstos años atrás por su parte, eso tranquilizaba a Brennan, para ella era muy importante que Delfina no sufra.

Más tarde ingresa en la cafetería Diego al llamarle la atención que su mujer se había desaparecido luego de que sintieran el timbre. Brennan se alivió de que haya ido solo y no con la niña.

- Mi mamá vino por Delfi para ir al cine como habían acordado.- le informa Diego a su mujer la cual era notable su expresión facial asustadizo al verlo ahí presente, enseguida le intriga saber quién era ese hombre de rostro familiar que estaba con Brennan. Proceden a explicarle todo.

- ¿Tienes idea de qué murió Elena? ¿Te dijo algo su amiga?Porque a nosotros cuando nos entregaron a Delfina no nos quisieron explicar absolutamente nada. - le pregunta Diego al muchacho

- Mira su amiga me dijo que aún está abierta la investigación después de casi tres años, porque fue todo muy raro, ella no tenía problemas graves de salud y se empezó a sentir mal de la nada hasta quedar varios días desahuciada en una cama de hospital.

Unos días después

Delfina estaba en la sala de espera acompañada de sus padres, esperando para ver a Ana Lucía, la asistente social. Luego de unos instantes la hacen pasar a la niña sola a la oficina, ésta mira con rostro asustadizo a su madre, Brennan le dedica una mirada tranquilizadora a su hija, diciéndole que todo iba a estar bien.

- Tus padres decidieron que solamente tú tienes la última palabra, que si decides que no deseas conocer a tu padre biológico estás en todo derecho y en caso de que digas que sí, únicamente con supervisacion de ellos lo podrás ver hasta los dieciséis años de edad siempre y cuando lo desees seguir haciendo, luego de esa etapa decidirás nuevamente si quieres frecuentarlo sola o estando con ambos presentes aún. Delfi no te apresures a responder ahora, tómate tu tiempo. No es necesario que yo sepa. - le dice Ana Lucía a niña que se notaba desorbitada por la situación.

- - -

Ese día transcurrió normal para la familia, habían ido a la plaza, luego a hacer las tareas de la escuela, más tarde mientras Diego hacía de cenar, Brennan finalizaba la jornada laboral en la cafetería con la ayuda de Nadia.

La niña aún no les informaba nada del asunto, por lo tanto ellos no la querían presionar, querían que decida sola y tranquila.

Esa noche hacía media hora que la niña dormía, la pareja se preparaba para ir a dormir.

Brennan entraba al cuarto matrimonial cerrando la puerta como todas las noches después de ordenar la casa y Diego en ese instante que ella está dentro la abraza por detrás dándole besos humedos en el cuello, tocando sus pechos por encima de la ropa de dormir, haciendo que ésta comience a excitarse.

Brennan se gira en su propio eje para quedar de frente a él, Diego le quita la camisola para quedar ambos desnudos de la cintura para arriba, ella lo empuja suavemente a la cama mirándose los dos de manera lujuriosa.

Ella quita el pantalón de pijama de su pareja suavemente, para después sacarse el suyo sensualmente. Estando ya los dos en ropa interior, ésta le da la espalda para sentarse encima de él frotando su miembro ya excitado, ambos están en ángulo de noventa grados, Diego le acariciaba los senos a su mujer, la temperatura corporal ya estaba subiendo demasiado, sus pieles estaban chinitas de placer, la erección de Diego ya comenzaba a ser notable debajo de su boxer cuando comenzaron a escuchar los gritos sollozos de Delfina que se encontraba en la otra habitación al final del pasillo.

Se vistieron lo más rápido posible, Brennan salió primero corriendo porque Diego tenía que esperar a que se desvanezca su actual estado.

Cuando abraza a su temerosa hija que todo parecía indicar que estaba teniendo una pesadilla, nota que no solo no para de llorar sino que está toda empapada de sudor.

- Mami no quiero que piensen que no los quiero más si digo que sí quiero conocer al que es mi papá Pablo.

Diego justo estaba entrando a la habitación de Delfina por lo tanto ya había oído lo que dijo su pequeña.

Ambos se miran sorprendidos, lo que menos querían era que su hija estuviera perturbada.











Vencer lo turbioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora