17. Angustia desesperante

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La desesperación de Brennan era notable, comenzó a llorar, Diego quería calmar a su mujer y buscar a Delfina al mismo tiempo.

- Amor cálmate, debe estar escondida en algún rincón, ya va a aparecer. Son muchos los niños que hay, a lo mejor está camuflada entre ellos y no la viste.

Después de un rato, absolutamente todos, hasta los clientes estaban al tanto de la desaparición de la niña.

Llamaron a la policía, Diego y Brennan estaban destruídos e inconsolables.

Todos se fueron a medida que los padres iban retirando a los demás niños, los más allegados se habían quedado a apoyar a la familia, excepto los papás de Diego que se llevaron a Dixon a su casa para cuidarlo, por suerte Brennan se había sacado bastante leche porque sabía que iba a estar muy ocupada con la fiesta de su hija, lo que no pensó nunca es en ésta pesadilla que estaban atravesando.

La policía inició la investigación interrogando a todos los invitados para reunir las declaraciones, para así tener una base y comenzar la búsqueda.

Más tarde el agente a cargo se acerca a la pareja para informarles que en una de las declaraciones la encargada del show de animación mencionó que faltaban dos de las integrantes disfrazadas que hacía 8 semanas que se habían incorporado a la empresa, una mujer grande llamada Matilde y su hija adolescente de quince años con el nombre de Selena.

- Si, si, esos dos personajes estaban en la fiesta, nunca me di cuenta que desaparecieron también. - Dice Nadia, al ver que sus jefes no pueden ni hablar de la angustia.

- ¿Cómo es posible que metan gente nueva y no los supervisan durante la fiesta?. - Acusó con desesperación Pablo a la encargada de la animación, a lo cuál ésta se puso a llorar, nunca había pasado una cosa semejante de tantos años que llevaban trabajando en eso.

La chica empezó a contar que las integrantes venían de una ciudad pequeña, que tenían buenas referencias las cuáles fueron comprobables, ellas habían insistido en que a la menor de edad también le dieran el trabajo porque necesitaban el dinero.

- Amor, esa ciudad que nombran es la que fuimos a ver el evento de la niña famosa. - Le dice Brennan a su marido, el cual asiente con la cabeza.

Todo parecía indicar que ellas dos se habían llevado a la niña pero no tenían como comprobar eso, en la cafetería nunca pusieron cámaras porque esa zona siempre fue una de las más tranquilas en esa gran ciudad.

El detective dijo que tuvieran prendido todos los celulares por si en caso de que sea secuestro debían comunicarse para pedir dinero por el rescate.

- ¿Un secuestro? Pero si nosotros no somos ricos, o sea estamos bien económicamente pero solo eso. - Dice Brennan angustiada.

- Ustedes no se preocupen que lo que sea que pidan yo lo voy a pagar, yo sí tengo mucho dinero, no sé como se deben haber enterado pero es probable que lo sepan de alguna forma. - Dice Pablo muy enojado.

La chica proseguía contando todo lo que sabía porque la mirada de Pablo hacia ella era muy intensa que le daba miedo omitir algo importante que sirva a la investigación.

- Ellas dos también tenían referencia comprobable del parque de diversiones de aquí, eran dueñas de un carrito de algodón de azúcar e iban también a los eventos masivos con él.

Diego, Brennan, Pablo y Nadia se miran entre los cuatro con caras de espanto, el detective nota las miradas cómplices y les exige explicaciones.

- Esa mujer ya la había estado mirando varias veces un día que fuimos a la feria, estoy segura que debe ser la misma que ha estado atendiendo en el puesto donde mi hija al llegar su turno salió corriendo y nos dijo que se quería ir de ahí porque estaba cansada, eso último fue en la otra ciudad hace poco más de tres meses.

- ¿Pero nunca les dijo nada acerca de la mujer?.- pregunta él agente.

- No, Delfi se empecinó en que nos vayamos al pueblo de mis padres que está ahí a unos pocos kilómetros, nunca nos dijo nada acerca de una mujer, ni siquiera nos habló de ninguna tal Matilde.

- ¿Y en la feria la niña vió a la señora?.- pregunta el agente.

- La verdad no me acuerdo, creo que no. Estuvo jugando a los juegos y solamente quiso comer un pancho con un jugo. No podría estar segura de si la vió, ella actuó totalmente normal ese día, ni siquiera pidió algodón de azúcar que tanto le gusta, no creo que la haya visto.

El agente les informa que podría no ser un secuestro, todo indicaba que la niña conoce a la mujer, por eso de la nada no quiso comer lo que más había querido en toda la noche en el evento, por algo la perturbó, pero no sabían el motivo.

La policía se retiró dejándolos tan angustiados y preocupados, las horas pasaban, ellos seguían sin novedades de ningun tipo.

Al día siguiente llega un detective que estaba en el caso para informarles que habían investigado a la mujer en la pequeña ciudad de donde provenían.

Selena en realidad era la nieta de Matilde por parte de Elena Clark, su verdadera y única hija.

Elena se fue de su casa con la hija más pequeña de cuatro años cuyo nombre nadie de los vecinos recuerda, abandonando a la más grande que tenía diez años en lo de su abuela Matilde.

- Ambas hace aproximadamente dos meses se fueron de la casa pero nadie sabe a donde se habían mudado, entramos a investigar y las pertenencias aún siguen ahí. - dice el detective.

Esas eran las recopilaciones hasta ahora por parte de todos los vecinos del barrio donde vivían.

- ¡No puede ser! ¡Esa señora es abuela de mi hija y la chica entonces es la hermana mayor!.- Exclama Brennan, echándose a llorar desconsolada y desgarradamente creyendo que nunca más volvería a ver a Delfina, Diego la abraza y llora junto con ella.

Delfina en algún momento les contó que su abuela era muy mala con su madre Elena pero nada más, ni siquiera les dijo el nombre.

- Tranquilos por favor, ahora que está todo más claro, vamos a pegar por todos lados la foto de Matilde y de Selena hasta encontrar a la pequeña sana y salva.

- ¿Quién nos garantiza que al ver que son prófugas no le van a hacer daño a Delfina?.- Dice Pablo también llorando junto a Nadia y sus padres.

- No tiene sentido llevársela para eso, a lo sumo la dejarían abandonada en algún lugar.

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- Quiero ir con mis papás. - Le dice Delfina lo más seria y enojada que puede a su abuela Matilde.

- ¡Ya te dije, esa gente no es nada tuyo! Asi que te me callas y te quedas con tu hermana y no sales de aquí. - Se va cerrando la puerta con llave.

- Por tu culpa ahora yo me tengo que quedar encerrada contigo, no sé por qué tuviste que aparecer.- le dice Selena indignada con bronca.

La joven tenía una idea errónea acerca de su abuela.

Siendo bebé creció creyendo que su propia madre no la quería para luego abandonarla e irse con su hija preferida.

Cuando en realidad su abuela la tenía en posesión a base de mentiras y manipulaciones, Selena era muy chica y nunca se enteró de nada.

Delfina comenzó a llorar, se quería ir de ahí pero no sabía de que manera, extrañaba mucho a sus papás, estaba muy asustada, sabía que su abuela la quería poseer como propia como lo hizo con Selena hasta que lo logró.

















Vencer lo turbioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora