2. Las cosas se complican

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Un día por la mañana Diego se encontraba trabajando como siempre, con la diferencia de que ésta vez le costaba concentrarse en su labor por estar pensando en ella.

Habían pasado varios días de haber conocido a Brennan y no se la podía sacar de la cabeza.

Realmente nunca le había pasado eso con ninguna otra chica, su beso fue como un imán para él, necesitaba volver a verla, pero sus circunstancias lo contradecía.

Él cuando apenas hacía tres años había comenzado la facultad, un chico conocido le ofreció trabajar para un narcotraficante empaquetando para distribuir en modo camuflaje, la paga era realmente muy buena y no la iba a recibir en cualquier otro trabajo decente.

No es que haya sido un chico ambicioso, porque realmente no lo era, su familia lo crió de manera normal y nunca le faltó nada pero a esa edad que veía a los chicos de su entorno que algunos ya tenían su propio coche entre otras cosas, no se quiso quedar atrás.

Se fue de la casa de sus padres con la excusa de querer vivir solo, pero en realidad era para que su nuevo jefe no sepa de su familia, por si algo malo pasaba o al menos disimular que eran importantes para él.

A lo que su abuelo había fallecido un año atrás su casa estaba vacía, entonces aceptó el turno tarde de trabajo para poder continuar su carrera de Arquitectura en la universidad mientras que en las noches estudiaba para sus exámenes.

Continuó así los primeros años hasta que se recibió en silencio porque su familia jamás se enteró, además de que ellos estaban enojados porque se dieron cuenta con el tipo de gente y lugares que empezó a frecuentar su hijo, sabían que no iba por buen camino.

Luego ya cuando empezó a hacer jornada completa de trabajo y pasó a ganar el doble por supuesto, al no tener que estudiar le quedaba el resto del día libre a lo que entonces se empezó a juntar todos los días con Alexander a quien conocía desde el primer día de trabajo y para no estar solo en lo de su abuelo se fue a vivir con su amigo.

- Diego ese no va ahí, concéntrate amigo, nos pueden regañar.

- Es que ando algo distraído.

- Sí ya lo sé, uno de éstos días podemos organizar con las chicas para salir a algún lado a cenar o a bailar, ya me escribió Astrid, lo que no entiendo es por qué me dice que su amiga no tiene tu número.

- Espero que no se lo hayas dado.

- No, ¿Cómo crees? Ya sé que no te gusta que le dé tu información personal a nadie, sea quien sea.

- Gracias y también te pido que no sepa que vivo contigo, no es buena idea que ella se relacione conmigo, tú haz lo que quieras pero esas chicas son de otro ambiente en mi opinión.

- A mí me parece que estás exagerando. Ya, relájate. No es para tanto.

- - -

Varios días después Brennan sigue esperando que le hable Diego a través del celular de Alexander con Astrid pero aún no pasa nada de eso.

En ese entonces llega su amiga muy contenta a visitarla.

-Nena tenemos que cambiarnos para ir a vernos con Alexander a un lugar que se juega pool el tema es que no tengo idea de qué ponernos para un lugar de esos. - y se empieza a reír

-Y yo que voy a hacer ahí entre ustedes dos a menos que .. - y al mirar la cara de su amiga se da cuenta que también va a estar Diego.

Se vistieron con algo tranquilo y emprendieron marcha al sitio.

El lugar realmente no era cool como ellas esperaban y la gente que había más allá de ser de todas las edades literal, desde jovencitos de dieciocho hasta personas muy grandes, de aspecto muy roqueros la mayoría, tatuajes, piercing, etc, todo a lo que ellas no estaban acostumbradas.

- Vaya lugar que nos citó tu chico - le dice Brennan por lo bajito entre dientes a su amiga - y ahora no sé en donde nos vamos a sentar porque no se ve nada limpio ésto.

Astrid no le dijo nada pero la fulminó con la mirada, pero a Brennan no le importó porque entre la multitud al fondo vio a Diego muy concentrado jugando dardos y siguieron caminando hasta encontrarse.

Diego se sorprendió de encontrarlas, realmente él no sabía que vendrían, fue plan sin previo aviso por parte de Alexander, lo cual le molestó un poco, más allá de que a la vez estaba contento de volverla a ver.

Su corazón empezó a latir más fuerte, por impulso se dieron un beso en los labios, el que tanto habían estado extrañando desde que se conocieron, el cual hizo que él se arrepienta un poco porque no quería avanzar en algo que no tenía futuro.

Diego por más que no quería relacionarse, esa noche no quiso ser descortés y entonces decidió que no estaría mal pasar el rato así que las invitaron a tomar una cerveza, se pusieron a jugar a los naipes, rieron todos durante varias horas.

Diego y Brennan se miraban mutuamente cada vez que tenían un par de segundos libres durante los juegos y charlas, se confortaban sus almas, él odiaba querer evitarla cuando en realidad quería todo con ella.

- ¿Cómo has estado?. - Le pregunta él.

- Bien, tenía muchas ganas de verte.

- Me llama la atención que hayas entrado aquí, no es lugar para tí.

- Lo sé, es que vine por tí. - Dice ella mirándolo a los ojos.

- Eres muy hermosa. ¿lo sabes?. - Luego de decir eso se quiso morder la lengua, en vez de hacer algo para espantarla, hacía todo lo contrario impulsivamente.

Más tarde Alexander dijo de continuar la reunión en el departamento, Diego sin estar de acuerdo no le quedó de otra que aceptar porque iba a quedar sospechoso cortarles el rostro a las chicas de la nada, sin excusa, sobretodo porque se lo estaban pasando muy bien.

Así que tenía que empezar a pensar en fingir ser lo contrario para lograr que Brennan se aleje de él pero aún no sabía cómo..

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Holaa si sos nuevo en wattpad no olvides deslizar el dedo para el siguiente capítulo 😉😘


















Vencer lo turbioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora