Capitulo 20 La Barbie diabólica

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Laura R

Desde que se murió Clara no he tenido paz,el resto de mi familia por parte de papá vinieron al entierro,ya pasaron unos días y la única que se quedo fue Deliah la hermana mayor de mi papá por “Cosas de trabajo” aunque según yo esa señora vive de la herencia familiar.

Anoche me acosté muy cansada y por primera vez en mucho tiempo mi cansancio fue más fuerte que mi insomnio.

Dormía placenteramente hasta que sentí que algo pesado cayó encima de mi estómago,abrí los ojos de golpe y vi sentada en la silla de mi escritorio a la Barbie diabólica.

—Que te pasa estúpida casi me mandas con mi abuela—Digo sentandome en la cama.

—Vengo a hacer el trabajo de historia—Dice con simplesa.

—No es necesario matarme Nicol, aparte estoy de luto o se te olvida—Digo y ví que no me estaba mirando a la cara.

—Bueno este,ponte algo para empezar a hacer el trabajo—Dice aclarando su  garganta y volteando la cara.

—Puedes mirar con confianza, no me incómoda—Digo quitándome la cobija de encima y poniéndome de pie.

—Cállate y ponte ropa—Dice aún sin mirarme.

—Bueno como ordene la princesa—Digo y empiezo a caminar hacia ella—Tienes la silla recostada en mi escaparate—Digo sonriendo y ella se quita aún sin verme.

Mientras busco que ponerme siento su mirada.

Tome una camisa ancha con short y en cuanto volteo ella trato de disimular y me dejó de ver.

—Ya puedes mirar—digo terminando de ponerme la camisa.

—¿Porque no dijiste que dormías en ropa interior?.

—Nunca preguntaste.

—¿Como te iba a preguntar eso?.

—¿Como te iba a decir eso?—Pregunto con sarcasmo.

—Como sea lávate la cara y cepillate  los dientes yo te espero abajo—Dice la rubia tomando el libro de historia que me tiró encima para despertarme.

—Que buena jugada Brown, decidiste esperarme abajo después de que me vesti—Digo con una sonrisa.

—Claro que no yo—Respira hondo—Eres tremenda imbécil e inmadura.

—Yo también te adoro linda—Digo y ella solo me saca el dedo y se va.

La traigo loca...y ella me trae peor.

Maldita masoquista—me respondo a mi misma.

Al bajar la veo sentada en el comedor dandole la espalda a la escalera y me acerque con cuidado para asustarla.

—¡Buu!—Grito y ella tan delicada me tiró el libro que tenía en las manos a la cara.

—Estúpida me asustaste—Dice poniéndose las manos en el pecho—¿Estás bien?—Dice al darse cuenta que tengo la mano aún en la frente.

—Perate que estoy agarrando señal.

—¿Te pegue duro?—Dice quitándome la mano de la cara.

—No vale,¿como crees? te estoy cayendo a labia—Digo sarcásticamente.

—Ahora sí te deje más toche de lo normal.

—Fijo me sale un morado como mínimo—digo poniéndome la mano en dónde me pegó el libro—Al menos no me salió un cacho.

—Suficientes tienes con los que te puso tu ex—Se burla.

—Auch.

—Deja busco hielo—Dice caminando hacia la cocina.

Antes de amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora