Dividida

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—Mira, por allá hay más sombra —Gala señala el espacio debajo de un gran árbol —. Vamos a sentarnos ahí.

Caminamos en tal dirección. Escogimos un parque que está a tres calles de la casa de Gala, no hay muchas personas por aquí, apenas puedo ver a un sujeto paseando a su perro y una mujer jugando con dos niños pequeños. Extiendo la sábana sobre el césped y Gala comienza a sacar las cosas y comida que trajimos en una canasta.

—¿Cómo te fue con los finales? —pregunto.

—Bien, no reprobé ninguno —Gala sonríe con orgullo, alzando sus dos dedos pulgares —. ¿Y a ti? ¿Sacaste buenas notas?

—En la mayoría, sí —tomo uno de los sándwiches cortados en forma triangular —. Estaba pensando en hacer una fiesta.

—¿En tu casa? —ella pica un trozo de manzana con el tenedor.

—Sí, pero sería algo pequeño, solo invitaría a algunos amigos.

—¿Qué tan pequeño? —sigue comiendo fruta.

—No sé, unas treinta o cuarenta personas —respondo. Las cejas de Gala se alzan —. ¿Es demasiado?

—Algo —dice abriendo el frasco de crema de avellanas para sumergir una fresa en el mismo —. ¿Crees que Karime esté de acuerdo con eso? —lleva el no tan grande fruto rojo hacia su boca, atrapa la punta bañada en chocolate con sus dientes, usa su lengua para retener el jugo que escapa de la fresa tras ser mordida —. Briggitte—sus labios se mueven pronunciando mi nombre, pero yo no respondo. ¿Por qué me siento aturdida? —¡Briggitte!

—¿Qué? —desvío la mirada como si no me hubiese quedado observándola como idiota. ¿Qué pasa conmigo?

—¿Tengo algo en la cara? —niego sacudiendo la cabeza.

—Se me fue la onda —rio —. ¿Qué me habías preguntado?

—Que si tu mamá estará de acuerdo con que hagas una fiesta en el departamento.

—Puedo convencerla —afirmo —. Y si tu me ayudas a persuadirla será más sencillo.

—¿Yo por qué?

—Porque le caes bien, siempre me pregunta por ti.

—¿En serio? —una enorme sonrisa se expande por toda la extensión de su rostro. Asiento con la cabeza. ¿Por qué sonríe tan ampliamente? —. Es que soy un encanto —dice sacudiendo sus pestañas con petulancia.

—Idiota —la empujo para tirarla al césped y en un intento de sujetarse de algo, su mano jala mi brazo y me arrastra con ella, termino con la mitad de mi cuerpo sobre el de ella.

Recojo mi cabello por detrás de mi oreja para que no caiga sobre la cara de Gala. La observo. Un rayo de sol pega justo en su rostro, iluminando sus facciones y resaltando el color ámbar de sus ojos. Nunca la había visto tan de cerca y no me disgusta ni un poquito. Mi vista baja hasta sus labios, se ven humectados, suaves, con el brillo labial intacto a pesar de haber estado comiendo y bebiendo. Me pregunto qué marca de labial usa, si tiene un sabor en específico o algún aroma en particular; podría descubrirlo si me acerco un poco más.

—Briggitte, me estás aplastando —se queja.

—Perdón —me quito de encima. Trago en seco. Hoy estoy rara, no sé por qué no dejo de percibir detalles en ella; esto no me había pasado desde... No, no puede ser eso, hace mucho que superé ese bobo flechazo por ella. Además, yo ya tengo a Sian.

—Y bueno, ¿cómo van las cosas con Sian? —Gala se incorpora nuevamente sacudiendo su espalda.

—Excelente —respondo con una leve sonrisa —. Aunque estas dos semanas casi no nos hemos visto, pero no dejamos de mandarnos mensajes.

I Like Your Mom | Garime G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora