Siete días a la semana

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Lunes en la sala.

—Mmmh, Gala, no pares —las manos de Karime se aferraban fuertemente a uno de los cojines del sofá, sus nudillos palidecían dada la fuerza con la que apretaba el esponjoso material. Estaba arrodillada en la alfombra, apoyando su torso sobre el sillón.

—Te gusta rápido, ¿eh? —azotó uno de sus glúteos, marcando la palma de su mano en su blanca piel.

Martes en el jardín trasero.

Solo estaban cuidando de las plantas, pero un beso se convirtió en caricias y las caricias las llevaron a tercera base.

—¿Y si llega tu papá? —le preocupaba que Arath llegara para encontrarse con la escena de ambas a medio vestir sobre el césped de su jardín y que viese a su hija con la cara enterrada en su entrepierna.

—No estará aquí hasta la noche —volvió su boca al centro de Karime, lamiendo entre sus pliegues y succionando su clítoris...

Miércoles en la cocina.

Sentada sobre en la encimera y con el cuerpo de Montes en medio de sus piernas, cara a cara, aunque la más joven con una venda cubriendo sus ojos.

—Adivina qué es —Karime, quien estaba sin playera ni algo que ocultara su busto, puso un poco de mermelada de fresa en uno de sus pezones. Tenía una gran variedad de ingredientes para hacer a Gala adivinar.

—Mmm —pensó luego de tomar el pecho izquierdo de Karime con su boca, chupar y saborear —. Mermelada.

—¿De qué sabor?

—Fresa —acertó...

Jueves en el recibidor.

Estaban en la habitación hasta que alguien llamó a la casa, tocando el timbre.

—No vayas —Gala le pidió a Karime —. Quédate conmigo —la besó en un intento de alargar su estadía, pero la persona en el exterior era insistente, no dejaba de sonar la campanilla esperando a que alguien le abriese.

—Iré a ver quién es —Karime se levantó de la cama, buscó su playera y sus shorts en el piso para después ponérselos. Montes hizo un berrinche fingiendo estar molesta; solo actuaba como una niña caprichosa —. Espérame aquí, no me tardaré nada —dejó un casto beso sobre los labios de la pelirroja antes de salir de la recámara.

Era un terco vendedor, uno de esos que no aceptan una negativa por respuesta. Por más que Karime denegaba cualquier oferta e intentaba hacer que el sujeto se marchara, él no parecía querer cooperar o entender que lo único que Karime quería era que se fuera de una vez por todas.

Gala, desesperada por la tardanza, se atrevió a bajar a la primera planta sin nada que cubriera su cuerpo desnudo; de todas maneras, Karime y ella eran las únicas que estaban en el departamento.

En cuanto Karime consiguió librarse del vendedor y cerró la puerta, justo antes de que se diera la vuelta, Montes se aproximó a ella sigilosamente para abrazarla por detrás, consiguiendo que diera un brinco de la sorpresa.

—Te dije que esperaras arriba —se llevó la mano al pecho —. Ya estaba por subir —cerró los ojos, mordiendo su labio, sintiendo el miembro de Gala restregándose en su trasero y sus senos en su espalda.

—También dijiste que no ibas a tardarte —besó la parte posterior de su cuello, consiguiendo erizar la piel de Karime. Sus manos descendieron por el torso de la pelirroja hasta llegar al botón de sus pantalones cortos —. Ahora tendré que quitarte la ropa otra vez —de un solo movimiento la hizo girarse y apoyarse de cara a la pared...

Viernes en la bañera.

Ambas estaban dentro de la tina, desnudas, con el agua a temperatura media y un par de velas aromáticas liberando un ligero aroma a vainilla y tornando el ambiente más romántico. Karime estaba recargada contra el cuerpo de Gala, no había ni un centímetro de distancia entre sus pieles mojadas.

I Like Your Mom | Garime G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora