Celeridad

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Ya había pasado poco más de una semana desde la primer clase de francés con Bárbara, entonces acordaron que tendrían lecciones cada cuatro días o dos veces a la semana, todo dependiendo de sus horarios y tiempos libres en los que pudieran coincidir. Los lugares para reunirse a estudiar eran variados, Bárbara pensaba que de esa manera las tutorías no se tornarían monótonas o sosas si alternaban entre distintos entornos, además de que eso le daba la oportunidad de variar sus dinámicas.

Gala revisó por última ocasión la dirección en su aplicación de mapas, estaba cerca del sitio al que quería llegar. Cuando estuvo frente a la casa indicada, levantó la mano para alcanzar el timbre y hacerlo sonar. Pasaron casi dos minutos hasta que alguien atendió su llamado.

—Hola, Gala —Bárbara se asomó detrás de la puerta —. Pasa, por favor —la abrió por completo y se hizo a un lado para darle espacio para entrar.

—Hola —Gala se adentró en la casa.

—¿Tuviste problemas para llegar?

—Nada que los mapas no pudieran solucionar —respondió —. Tu casa es muy bonita —dijo observando alrededor, admirando lo espacioso que era el lugar y la decoración tan lujosa que lo adornaba. La familia de Bárbara debía tener una buena posición económica, a primera vista se notaba que muchas de las cosas que ahí se encontraban eran de alto valor.

—Gracias, aunque a veces la siento demasiado grande —agradeció con una sonrisa amable.

—¿Tu familia no se encuentra?

—No, mis padres trabajan hasta tarde y mi hermano casi siempre está con sus amigos —respondió —. La mayor parte del tiempo tengo la casa para mí sola, justo como ahora —dijo y clavó sus ojos en Gala, esperando ver alguna reacción ante tal información, pero para la pelirroja no parecía que fuese un dato relevante.

—Ah, ya veo —ella solo seguía mirando por donde pasaban.

—¿Quieres algo de beber? —Bárbara le ofreció.

—No, gracias, estoy bien así. Quizá más tarde.

—Bueno, entonces vamos a la sala, tengo algo preparado —tomó la muñeca de Montes y la llevo con ella hasta dicha parte de la casa —. Se me ocurrió que podemos ver una película en francés y después actuar una escena para practicar la pronunciación, ¿te parece?

—Suena bien —contestó tomando asiento en uno de los sillones largos.

—Voy por algunos snacks y comenzamos.

—Okay, ¿quieres que te ayude con algo?

—No, solo espérame aquí —dijo y salió hacia la cocina.

Montes se quedó sentada, mirando los muebles, las paredes, los retratos y los cuadros colgados... Lo que fuera que se atravesara delante de sus ojos. No sabía qué hacer en lo que regresaba Bárbara, así que se puso a navegar en su celular.

Estuvo revisando su muro de instagram, deslizándose entre cientos de publicaciones sin prestarles mucha atención, eso hasta que en su pantalla apareció la imagen de cierta pelinegra, entonces se detuvo a observar las fotografías que Karime había posteado; sus ojos se iluminaron y su boca se entreabrió, dejando escapar un suspiro de anhelo. Analizó la primer imagen, esa en donde Karime posaba frente al espejo de cuerpo entero pegado por detrás de la puerta de su habitación; su mirada se estancó en su figura, no podía dejar de delinear sus curvas, especialmente las que se formaban a la perfección en su cintura y caderas. Instintivamente, Montes atrapó su labio inferior entre sus dientes, rememorando todas las veces que sus manos se aferraron de esas zonas, casi siempre para acercarla a su cuerpo y besarla deliberadamente.

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⏰ Última actualización: 8 hours ago ⏰

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I Like Your Mom | Garime G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora