𝐓𝐇𝐄 𝐕𝐈𝐎𝐋𝐈𝐍𝐈𝐒𝐓 𝐏𝐈𝐑𝐀𝐓𝐄 | Mar se embarca en la búsqueda de su hermano mayor, después de años de entrenamiento bajo la tutela de Dracule Mihawk, logrando perfeccionar sus habilidades. Pero cuando forma una alianza con Buggy, lo que com...
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| Diecisiete años antes, Villa Foosha |
La luz del atardecer se filtraba a través de los altos árboles, pintando sombras alargadas sobre el suelo mientras el viento soplaba suavemente entre las ramas. Mar, con solo diez años, estaba sentada en un rincón de la pequeña taberna que los piratas solían frecuentar. Aunque su corta edad le impedía beber o participar en sus conversaciones más crudas, a menudo se escabullía allí para escuchar las historias que contaban. Su curiosidad por el mundo exterior la llevaba a cada rincón donde las leyendas de los mares se contaban.
Esa tarde en particular, varios piratas rudos y curtidos por la vida en altamar estaban reunidos alrededor de una mesa, hablando en voz baja. La pequeña Mar, con sus cabellos sueltos y la mirada atenta, escuchaba cada palabra, imaginando en su mente las tierras lejanas que describían.
—...y te lo digo, Elbaf no es como cualquier isla. Es un lugar legendario, hogar de los gigantes más fuertes que hayas visto —dijo uno de los piratas, con una cicatriz que cruzaba su rostro, mientras daba un sorbo a su vaso.
—¡Bah! —rió otro, más grande y corpulento—. Historias de viejas. Los gigantes son reales, eso no lo niego, pero todo ese asunto de Elbaf y su poder... solo son cuentos. Nadie ha puesto un pie en esa isla y ha vivido para contarlo.
Mar se inclinó un poco más cerca, intentando no perder ni una palabra. Había oído rumores de Elbaf antes, pero nunca con tanto detalle. Su corazón latía con fuerza, emocionada por la idea de una tierra donde los gigantes vivían y donde la fuerza era la clave para todo.
—Dicen que si puedes probar tu valía ante los gigantes, te aceptan como uno de los suyos. Te vuelves parte de su leyenda, parte de su historia —continuó el pirata de la cicatriz—. Imagínatelo, niña —agregó, mirando de reojo a Mar, quien lo observaba desde las sombras—, ser tan fuerte como un gigante, invencible en el campo de batalla.
Los ojos de Mar se iluminaron ante la idea. Ser aceptada por los gigantes, ser invencible... ¿Cómo podría rechazar algo así? Ella ya era fuerte para su edad, su cuerpo pequeño pero ágil gracias a los entrenamientos que había comenzado después de la partida de su hermano tres años antes. Pero en su corazón, ese vacío que él había dejado no se llenaba con ejercicios o peleas. Siempre buscaba algo más, algo que la ayudara a encontrarlo a él. Y ahora, con las historias de Elbaf resonando en su mente, se preguntaba si tal vez esa isla, y esa fuerza legendaria, podría ser la clave para encontrarlo.
