El padre de Murat se niega a seguir la dieta prescrita por el médico.
- ¿No te vas a comer a Salim?
- ¡No! Puedes sacar esta basura de aquí.
- No hables así Salim, Alá te castigará.
- Alá no castiga a nadie. Son los hombres los que se castigan unos a otros.
- ¿Estás hablando como tu hijo ahora?
- Murat es el que tiene razón. Usamos mucho el nombre de Dios en situaciones en las que somos los únicos culpables.
- Está bien, Salim. Está bien. Aprovecharé que Ferit está dentro cuidando la ropa y os traeré un poco de la tarta de pastor que sobró de la cena de ayer.
- Entonces hazlo rápido, Esmeray.
- Pero no te acostumbres, estás a dieta médica por culpa de la diabetes.
-Diabetes que nada. Date prisa y consigue algo más de comida, ¿o quieres que Ferit nos atrape?
- Cálmate. Primero déjame sacar ese plato de comida y dárselo a los animales.
Ferit estaba doblando la ropa que sacó de la cuerda, hablando solo.
- Necesito encontrar una novia para Murat. ¿Ahora quién? No se me ocurre nadie que pueda ser una buena esposa para él. Murat es un hombre muy ocupado. Pasa el día en esa comisaría y tiene que volver a casa con comida caliente, ropa limpia, un sofá y unas cómodas zapatillas. Un televisor para ver el fútbol que le gusta o incluso una buena película. No puede faltar una mujer hermosa enamorada y lista para él. ¿Por qué a los bastardos les gustan las mujeres hermosas? Hay ese gusto. Espero que tenga muchos hijos. Quiero ver esta casa llena de niños corriendo.
Ferit sonríe y llega Esmeray, sacándola de sus sueños.
- ¿Hablando sola, hermana?
- Conmigo mismo. ¿Selim almorzó?
- Almorzó y ya se está quitando las pestañas de la tarde, ahí en la hamaca del patio trasero.
- Déjalo descansar y ayúdame aquí con esta ropa.
Una de las frustraciones de Ferit era que no podía darle hijos a Selim y por eso soñaba tanto con ver esa casa llena de niños jugando por toda la casa y el jardín.
- ¿Dónde lo pongo?
- Estos en el armario de la cocina y estos en el armario de Selim.
- Qué bien huele esta ropa.
- Cambié suavizante.
Esmeray guarda la ropa mientras Ferit se queda con sus pensamientos.
El equipo de Emir y Conga también hace bien su trabajo, invadiendo la oficina de Telemarketing provocando un gran revuelo entre los jóvenes.
- Policía.
- Oye, detente ahí.
- Yo no hice nada, señor.
- Eso es lo que veremos en la comisaría.
- ¿Comisaría?
- Así es. Comisaría de policía.
Las niñas empiezan a llorar y los niños se miran asustados.
- Sólo llevo una semana trabajando aquí.
- Y soy un hombre de familia, señor.
- Yo también soy madre. Mi hijo tiene sólo un año.
- Todos están detenidos.
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El señor equivocado y la señora correcta (Spanish)
RomanceMurat vive solo en Estambul, donde trabaja como policía a la espera de una nueva pareja, ya que la anterior había sido cruelmente torturada y asesinada. Cada vez que va a Capadocia a visitar a su padre, Murat se refugia en su cueva para mantener sus...