Sara se muda a una casa en las afueras de la ciudad con su perro, Max, un fiel pastor alemán que siempre ha sido su protector. Sin embargo, después de mudarse, Max comienza a comportarse de manera extraña. Se queda mirando fijamente a rincones vacíos, gruñe en la oscuridad, y cada noche se queda junto a la puerta del dormitorio como si esperara que algo intentara entrar. Al principio, Sara lo atribuye al estrés del cambio, pero pronto se da cuenta de que hay algo más. Max no está protegiéndola de una simple sombra, sino de algo mucho más siniestro que acecha en los rincones oscuros de la casa.
Sara siempre había soñado con mudarse lejos de la ciudad, a un lugar donde pudiera disfrutar de la tranquilidad. La oportunidad llegó cuando encontró una pequeña casa en las afueras, rodeada por un denso bosque. Era el lugar perfecto para ella y Max, su inseparable perro pastor alemán, que había estado con ella durante los últimos cinco años. Max siempre había sido protector, pero en cuanto se mudaron a la nueva casa, algo cambió en su comportamiento.
Desde la primera noche, Max se mostró inquieto. Gruñía hacia la oscuridad, algo que Sara nunca había visto en él. Se quedaba en la puerta del dormitorio, con las orejas levantadas, como si esperara a que algo se acercara. Al principio, Sara pensó que era el estrés del cambio. Después de todo, los perros también pueden sentirse desorientados en nuevos entornos. Pero a medida que pasaban los días, su comportamiento se volvía más extraño.
Cada noche, alrededor de las tres de la madrugada, Max se levantaba de golpe y se paraba frente a la puerta del dormitorio. Miraba fijamente al pasillo oscuro, sus gruñidos profundos resonaban en la habitación, despertando a Sara. Ella intentaba calmarlo, pero el perro seguía alerta, como si pudiera ver algo que ella no podía.
Una madrugada, Sara decidió investigar. Con una linterna en la mano y Max siguiéndola de cerca, recorrió la casa en busca de lo que podría estar inquietando tanto a su perro. Pero no encontró nada. Solo sombras. Sin embargo, Max seguía actuando extraño, especialmente cuando llegaban al sótano. Siempre se negaba a bajar las escaleras, algo que nunca había hecho antes.
Los días se convirtieron en semanas, y las cosas empeoraron. Max dejó de comer con la misma regularidad y parecía agotado. Pasaba horas frente a la puerta, vigilando, como si supiera que algo estaba cerca. Sara comenzó a sentirlo también: una presencia, un frío inexplicable que llenaba la casa en las noches más silenciosas.
Una noche, cuando Max volvió a gruñir en el pasillo, Sara decidió colocar una cámara para ver si podía capturar lo que estaba molestando a su perro. Revisó las imágenes a la mañana siguiente, y lo que vio hizo que el terror se apoderara de su corazón. Una sombra, oscura y amorfa, se deslizaba por el pasillo. Se movía de una manera antinatural, acercándose cada vez más a la puerta del dormitorio, donde Max la enfrentaba con valentía.
Sara no podía creer lo que veía. No había nadie más en la casa, excepto ella y Max. Pero la cámara no mentía. Decidida a entender lo que estaba sucediendo, comenzó a investigar sobre la casa. Descubrió que el terreno había sido un antiguo sitio de ejecución en el siglo XIX. A lo largo de los años, muchas personas habían desaparecido en los alrededores del bosque, y algunos locales evitaban acercarse a la zona. A medida que profundizaba en la historia, Sara comenzó a sentir que el aire en la casa se volvía más pesado, como si algo invisible la estuviera observando.
Cada noche, la presencia se hacía más fuerte. Max gruñía más ferozmente, y Sara empezó a notar marcas en las paredes, como si algo hubiera rasgado la pintura desde dentro. Las noches se convirtieron en una pesadilla interminable. El sonido de pasos se escuchaba desde el sótano, y aunque Sara nunca había bajado allí, sentía que lo que estaba acechando en la oscuridad quería que lo hiciera.
Finalmente, una noche, el comportamiento de Max cambió por completo. En lugar de quedarse en la puerta, comenzó a ladrar frenéticamente, tirando de Sara hacia el sótano. Era como si estuviera tratando de advertirle de algo. Con el corazón acelerado, Sara lo siguió, bajando las escaleras por primera vez desde que se había mudado. Max gruñía con más intensidad a medida que se acercaban a la puerta del sótano.
Al abrir la puerta, el aire se volvió gélido. Un hedor a putrefacción llenaba el espacio, y el suelo estaba cubierto de tierra húmeda, como si algo hubiera estado escarbando. Max se plantó frente a una esquina oscura del sótano, donde las sombras parecían moverse por sí solas. Sara alumbró con su linterna y, para su horror, vio unos ojos brillando desde la oscuridad. No eran humanos.
La sombra que había visto en la cámara emergió lentamente de la oscuridad, tomando una forma grotesca. Era alta, amorfa, y parecía estar hecha de la misma oscuridad que llenaba la casa. Max ladraba furiosamente, pero incluso él parecía atemorizado por lo que estaba viendo.
La criatura se movió hacia ellos, pero justo cuando Sara pensó que todo estaba perdido, Max se lanzó hacia la sombra. El enfrentamiento fue brutal. Max gruñía y mordía, mientras la criatura intentaba envolverlo en su forma oscura. Sara gritó el nombre de su perro, paralizada por el miedo, pero Max no retrocedía.
Finalmente, tras lo que parecieron horas, la criatura se desvaneció en el aire, dejando solo una sensación de frío y vacío. Max, exhausto, se desplomó en el suelo. Sara lo tomó en sus brazos, temblando, sabiendo que su fiel compañero había salvado su vida.
Desde esa noche, la casa se sintió diferente. El frío se disipó, y las sombras dejaron de moverse. Pero Sara nunca olvidaría lo que había visto, y sabía que Max había hecho algo más que protegerla: había enfrentado a una fuerza que ningún ser humano podría haber comprendido.
Max, aunque herido, se recuperó. Y aunque Sara nunca volvió a ver la criatura, sabía que su lealtad y valentía la habían salvado de algo mucho más oscuro de lo que ella jamás podría haber imaginado.
ESTÁS LEYENDO
Ecos En La Oscuridad
ParanormalEs una antología que reúne cuentos inéditos de terror y suspenso, capaces de mantenerte al borde de la locura y el miedo. En estas páginas, descubrirás relatos que exploran lo desconocido, lo sobrenatural y los rincones más oscuros de la mente human...