MISIÓN " EL TIGRE Y LA VIUDA"

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Karina cruzó el umbral del hotel de lujo, su elegante traje de viuda rica llamando la atención de los huéspedes y empleados. Mientras caminaba hacia el bar, varios agentes encubiertos se movieron discretamente a su alrededor.

El agente Thompson, disfrazado de camarero, se situó cerca de la barra, observando a Karina con atención.

El agente Jackson, vestido como un turista, se sentó en un sofá cercano, con una revista en la mano, pero sus ojos fijos en Karina.

La agente Rodríguez, disfrazada de recepcionista, se ubicó detrás del mostrador, monitoreando las cámaras de seguridad y la entrada del hotel.

Karina se sentó en el bar, pidiendo un cóctel y esperando a El Tigre. Los agentes encubiertos se mantuvieron en sus posiciones, listos para intervenir en cualquier momento.

De repente, El Tigre apareció en la entrada del bar, su mirada escaneando la habitación hasta encontrar a Karina. Sonrió y se dirigió hacia ella.

-Señora Pérez -dijo, besando su mano-. Es un placer conocerla.

Karina sonrió, jugando su papel.

-El placer es mío, señor... -respondió.

Los agentes encubiertos se mantuvieron alerta, observando cada movimiento de El Tigre y su entorno.

-Todo claro -susurró Thompson por su auricular-. El objetivo está en posición.

-Roger eso -respondió la voz del coronel por la radio-. Manten la posición y proteger a Karina a toda costa.

Los agentes asintieron, listos para actuar en cualquier momento. La misión estaba en marcha.

- La velada transcurría sin problema alguno y la misión estaba apunto de llevarse acabo

Karina, vestida con un elegante traje de viuda rica, entró en el hotel de lujo con confianza y seguridad. Su cabello estaba recogido en un moño alto y sus ojos brillaban con una mirada seductora.

- A lo lejos miro a su objetivo y en su mente resonaron estás palabras.

"Sabes que soy una amenaza", pensó Karina. "Pero no sabes quién soy realmente".

EL TIGRE

Miro hacia la barra del hotel y la veo. La viuda rica que he estado esperando. Mi corazón late un poco más rápido al verla. Es aún más hermosa de lo que esperaba.

Me acerco a ella, sonriendo, y beso su mano.

-Señora Pérez -digo-. Es un placer conocerla.

Ella sonríe y me mira con unos ojos que parecen ver derecho a través de mí. Me siento un poco incómodo, pero no lo suficiente como para detenerme.

Mientras hablamos, me doy cuenta de que es inteligente, astuta. Pero no lo suficiente como para descubrir mi verdadero juego. Me río interiormente. Nadie puede descubrir mi verdad.

La miro y veo una mujer que está acostumbrada a obtener lo que quiere. Una mujer que no se deja intimidar fácilmente. Me gusta.

Pero también veo algo más. Una chispa de curiosidad en sus ojos. Una chispa que me intriga.

"¿Qué hay detrás de esa fachada de viuda rica?", me pregunto.

Quiero descubrirlo. Quiero saber qué secreto está escondiendo. Quiero hacerla mía.

No importa qué secreto esté escondiendo. La voy a tener.

Me siento confiado, seguro de mí mismo. Soy El Tigre, después de todo. Nadie puede resistirse a mi encanto.

Pero mientras continuamos hablando, siento una pequeña voz en mi cabeza que me dice que algo no está bien. Que esta mujer no es lo que parece.

La ignoro. No voy a dejar que nada me detenga.

Voy a conquistarla. Voy a hacerla mía.

Lo que no sabía es que ella estaba jugando y el premio mayor.

Era yo.

La Obsesión Que Nunca Quise +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora