Capítulo 19

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Volvieron a la realidad ambas mujeres cuando su hija mayor estaba bajando las escaleras. Que al ver a sus madres abrazadas y mirándose con tanto amor, Maddie lo único que pudo hacer fue sonreír. Podía notar el amor en sus ojos, un amor que no necesitaba palabras para ser entendidos, ella estaba feliz de ver eso.

Maddie amaba a su madre, amaba que encontrara a su mama Lexa; su vida había cambiado desde el momento que la castaña había llegado a su vida. Ahora tenía una familia en la que siempre había soñado estar desde la muerte de sus padres biológicos, una familia que la amaba incondicionalmente.

Maddie cuando llego hasta sus madres, los abrazos dejando un poco desconcertada a la pareja, pero aun así estaban felices de recibir ese acto tan pequeño de amor de su hija. Lexa la tomo en brazos dejando un beso en su mejilla acomodándola a un lado de su costado sonriendo como siempre lo hacía, para luego tomar a Maggie en brazos dejándole a Isaac a Clarke para que lo tomara. Las dos mujeres con sus hijos caminaron a la salida, para subirlos en el coche de lexa, que había acomodado para ellos para que estuvieran cómodos. Se despidieron de Clarke que se fue a su coche para el trabajo y lexa subió para manejar a la escuela de su hija. La pequeña castaña amaba pasar ese momento donde lexa la llevaba a la escuela; era su momento favorito con su mama, ese espacio era solo para ellas dos, ya que sus hermanos pequeños aun no hablaban, podía aprovechar para estar con ella a solas hablando o escuchando música, después venia su segundo momento favorito cuando Clarke iba por ella a la escuela.

Pese a lo bueno que tenía entonces, la pequeña a veces no podía evitar comparar esos momentos con los de Bellamy. No lo odiaba, pero siempre se preguntó por qué la había adoptado si parecía no haberla querido nunca, ni antes ni después del nacimiento de sus hermanos menores. Bellamy siempre había sido distante con ella, y aunque frente a su madre intentaba ser el padre perfecto, maddie conocía la verdadera cara del chico. Cuando estaba solos, apenas la miraba, y mucho menos jugaba con ella o le prestaba atención. Siempre la había hecho sentir como una carga, como si ella fuera el recordatorio de algo que el prefería olvidar.

"Recuerdo haberle pedido tantas veces que jugara conmigo al futbol", fue el pensamiento de maddie mientras miraba por la ventana del auto, lexa noto como su hija estaba más callada, supo que no tenía ganas de hablar así que solo la miraba de reojo para saber si estaba bien en silencio sin incomodarla. En la mente de maddie solo estaban esas comparaciones; le había rogado por mucho tiempo que le enseñara algo, cualquier cosa, solo para compartir algún momento con él, pero bellamy siempre le decía lo mismo: "no ahora, Maddie" ella se aferraba a esa pequeña esperanza de que algún día ese "ahora" llegara, pero nunca sucedió.

Pero lexa no era como él. Maddie sabía que lexa trabajaba mucho ella sabía que su mama era una persona ocupada pero siempre sin importar que llegara cansada cuando llegaba temprano siempre encontraba un momento para bailar o jugar futbol con ella, aunque lexa había le había admitido que no era muy buena en ese deporte, eso no le importaba a la pequeña, a ella le importaba que lexa lo intentaba, se esforzaba estar con ella, una que otra vez la acompañaba en sus entrenamientos y jugaba con ella después de él. Lo más importante era que la hacía sentir querida y la hacía sentir vista por alguien más que su mami Clarke o su tía octavia.

Bellamy, en cambio, la había hecho sentir invisible. A veces se preguntaba que había hecho mal para que bellamy la tratara así o se preguntaba el ¿Por qué bellamy no la quería como su mama Lexa y su mami Clarke lo hacían? Era algo que le costaba entender. Frente a su mami, bellamy la trataba bien, como si realmente le importara, pero cuando estaban solo ellos dos, había una frialdad y distancia en el que la asustaba.

Recuperando una noche en particular, una noche en que su mama no había podido estar con ella porque había tenido un viaje de trabajo, era su cumpleaños, Clarke la había saludado y mandado un regalo a la distancia, mientras que bellamy solo se sentó con ella en la mesa en una cena rápida y silenciosa, sin ni siquiera saludarla. Cuando la pequeña le pidió jugar o que le leyera un cuento al menos, el solo la miro desde el sofá, sacando la mirada de su celular y dijo "Después", pero ese después nunca llego. Maddie ese día lloro toda la noche en su habitación, preguntándose porque su padre no podía amarla.

Más allá del dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora