Los días transcurrían entre los preparativos de la fiesta de Maddie, quien cada día estaba más emocionada. La mánager de Lexa le había recordado que era hora de empezar a trabajar en las nuevas canciones para su disco. Aunque no quería alejarse de la planificación del cumpleaños, después de hablar con su hija mayor, esta entendió que Lexa solo ocuparía unos minutos para iniciar las canciones. Pero no pudo cumplir lo prometido, y aunque su hija no se enojó, comprendiendo que era su trabajo, Lexa no podía evitar sentir una pequeña punzada de culpa.
En la sala, Clarke reía junto a sus hijos mientras jugaban. Clarke había guardado todo lo valioso en su oficina antes de que comenzara la batalla con pistolas de juguete. Lexa moría por estar con ellos, participar en la diversión, pero Maddie había sido firme en que no podía unirse hasta que avanzara con su música. Pensar en esto la hizo reír; su pequeña ya empezaba a imitar su carácter cuando daba órdenes.
*Flashback*
El sonido de unos golpes suaves en la puerta la sacó de sus pensamientos. Frunció el ceño, extrañada. Todos sabían que no le gustaba que la interrumpieran cuando estaba en su estudio. Se levantó para abrir, y se encontró a Maddie, de ocho años casi nueve, con su cabello alborotado y la cara adornada con pintura de guerra, un diseño que recordaba a su personaje en la nueva serie. Los ojos de Maddie brillaban con la misma intensidad que los de su madre, reflejando una mezcla de emoción y determinación.
¿Qué pasa, cariño? —preguntó Lexa, abriendo la puerta del estudio y dejando que, por primera vez, alguien más que ella entrara. Ayudó a Maddie a sentarse frente a ella—. ¿Por qué estás pintada así?
Sé que tienes trabajo, mamá, así que queríamos distraernos mientras terminas —explicó Maddie con voz tranquila—. Mami guardó las cosas de valor para que no rompamos nada mientras jugamos con las pistolas que nos compraste.
Pero ese es nuestro juego —protestó Lexa, fingiendo un pequeño puchero—. ¡Eso no es justo! - Maddie cruzó los brazos, frunciendo el ceño de una manera tan parecida a la de Lexa que le provocó una sonrisa.
Termina al menos la mitad de una de las canciones y puedes venir a jugar, mamá. Pero no quiero que salgas sin haber avanzado. Siempre dices que las tareas van primero, antes de la diversión, y nosotros ya terminamos nuestras tareas, ahora te toca a ti—dijo con determinación. Lexa sonrió con ternura y se rindió ante la lógica de su hija.
Sí, mi capitán, pero espero que cuando termine, tengas tiempo para tu mamá, que te adora —dijo Lexa con un nuevo puchero.
Claro que sí, mamá, pero primero las tareas —replicó Maddie con un aire serio antes de bajar de la silla y salir.
Lexa la observó irse, divertida. Cuando su pequeña fruncía el ceño, sus ojos azules se veían más profundos e intimidantes, pero para Lexa era solo ternura. Cerró la puerta decidida a terminar su tarea, para luego poder unirse a la diversión familiar.
*Fin del flashback*
Lexa tomó su guitarra y comenzó a tocar algunos acordes, pero el bloqueo seguía ahí, como una sombra persistente en su mente. Frustrada, dejó escapar un suspiro y se permitió recordar todos los momentos compartidos con Clarke, cada risa, cada lágrima, cada desafío superado juntas. Pasó cerca de una hora probando diferentes combinaciones de acordes, sintiendo cómo su corazón latía más rápido con cada melodía que exploraba. Finalmente, la inspiración llegó en forma de recuerdos: su historia de amor con Clarke, una historia llena de pasión y vulnerabilidad que ahora quería plasmar en una canción.
"Te encontré cuando buscaba escapar,
Entre risas y deseo, sin mucho que esperar,
Fuimos desconocidas con un mismo fin,
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Más allá del dolor
FanfictionDos mujeres exitosas que luchaban con sus pensamientos de manera diferente, Lexa Woods se refugiaba en su trabajo y una que otra noche de sexo, no creía en el amor, no creía en el matrimonio, no deseaba tener hijos después de todo había cuidado de s...