𝐀𝐥𝐞𝐠𝐫𝐢𝐚

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El sol brillaba sobre la mansión Wayne mientras el jardín trasero se llenaba de vida

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El sol brillaba sobre la mansión Wayne mientras el jardín trasero se llenaba de vida. Emmily corría de un lado a otro, riendo con energía, sus pequeñas manos lanzando una pelota para Titus, el otro perro de Damian. El enorme canino, a pesar de su tamaño intimidante, se comportaba de manera suave y protectora con la niña. Saltaba tras la pelota y la devolvía con rapidez, sin apartar la vista de Emmily ni por un segundo.

Desde una de las ventanas del segundo piso, Bruce observaba la escena con una ligera sonrisa. Ver a Emmily tan feliz y despreocupada le recordaba lo que realmente importaba en su vida. Mientras tanto, Damian se acercaba al jardín, frunciendo el ceño al ver cómo Titus jugaba con la niña.

─ ¿Qué estás haciendo, Emmily? ─preguntó Damian con tono serio, pero sin dureza, mientras se cruzaba de brazos.

La pequeña, al ver a su hermano mayor, detuvo el juego por un momento y lo miró con una sonrisa traviesa.

─ ¡Jugando! ─respondió alegremente, señalando a Titus que estaba a su lado con la lengua fuera, jadeando alegremente─. Titus me trae la pelota.

Damian suspiró, pero en el fondo no podía evitar sentirse algo complacido al ver la conexión que su hermana había creado con su perro. A pesar de su actitud a veces dura, no podía negar que ver a Emmily feliz le traía un poco de calma.

─ Solo no lo canses demasiado ─dijo Damian, caminando hacia ellos mientras se agachaba para acariciar a Titus─. Es un perro grande, pero también necesita descansar.

Emmily asintió, aunque no parecía muy convencida de que Titus estuviera cansado. Volvió a lanzar la pelota y el perro corrió tras ella, moviendo la cola con entusiasmo.

Damian observó la escena por un momento antes de sentarse en el césped junto a Emmily.

─ ¿Te gusta jugar con Titus? ─preguntó, con un tono más suave esta vez.

─ ¡Sí! ─respondió Emmily emocionada─. Es muy rápido, siempre me trae la pelota.

Damian esbozó una pequeña sonrisa al escucharla. Había algo en la inocencia y alegría de Emmily que le hacía olvidar, al menos por un rato, las responsabilidades y la oscuridad de su vida como Robin.

─ Sabes que también puedes jugar conmigo, ¿verdad? ─dijo Damian, intentando ocultar su deseo de pasar más tiempo con su hermana.

Emmily lo miró por un momento, como si estuviera considerando la oferta, pero luego sonrió y se lanzó a sus brazos.

─ ¡Sí, Damian, quiero jugar contigo! ─exclamó, abrazándolo con fuerza.

Damian se sorprendió un poco, pero rápidamente le devolvió el abrazo, sintiendo una calidez en su pecho que pocas veces experimentaba. Titus volvió con la pelota, pero al ver a los dos hermanos abrazados, se quedó quieto, como si entendiera que en ese momento su trabajo era simplemente observar.

𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲'𝐬 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐬 {𝐁𝐫𝐮𝐜𝐞 𝐖𝐚𝐲𝐧𝐞}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora