𝐓𝐫𝐢𝐬𝐭𝐞𝐳𝐚

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Damian observaba a su pequeña hermana desde la puerta de la sala de estar, sus cejas fruncidas con preocupación

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Damian observaba a su pequeña hermana desde la puerta de la sala de estar, sus cejas fruncidas con preocupación. Emmily estaba sentada en el suelo con sus juguetes favoritos esparcidos a su alrededor, pero su expresión era distinta a la de otras veces. Ya no había risa ni ese brillo de travesura en sus ojos, como solía ser. Desde el incidente con el Joker, la niña había estado más callada, y eso no pasaba desapercibido para él.

Damian decidió acercarse. Aunque a veces no era el mejor para lidiar con emociones, ver a Emmily así le dolía más de lo que estaba dispuesto a admitir.

─ Oye, ¿quieres jugar? ─preguntó suavemente, agachándose a su altura. Tomó uno de los peluches del suelo y lo movió frente a ella de manera juguetona.

Emmily levantó la vista, pero su respuesta fue un pequeño suspiro, volviendo a bajar la cabeza mientras abrazaba su peluche favorito. Damian frunció el ceño, dándose cuenta de que la situación era más complicada de lo que pensaba.

─ Puedo enseñarte algunos movimientos de artes marciales ─intentó otra vez, con una sonrisa.─ O, no sé, puedo ser tu caballo otra vez, como cuando te montas en mi espalda.

Emmily lo miró por un momento, pero no dijo nada. Era evidente que aún estaba afectada por lo que había sucedido, y aunque Damian no lo mostrara, también lo estaba. Odiaba al Joker por muchas razones, y ahora tenía una más. El payaso no solo había lastimado a su familia antes, sino que ahora había sembrado el miedo en su pequeña hermana.

Damian se sentó junto a ella, mirando los juguetes en el suelo.

─ Sabes, cuando tenía tu edad, también tenía pesadillas ─comentó, tratando de sonar casual.─ Pero lo que me ayudaba era pensar en cosas que me hacían sentir fuerte. Como los entrenamientos que hacía con mi madre o las aventuras que imaginaba.

Emmily se removió un poco, como si sus palabras estuvieran empezando a resonar en ella, pero aún no estaba lista para dejar salir todo lo que sentía.

─ El Joker es solo un tipo más, Emmily ─continuó Damian, su voz firme pero sin perder la suavidad.─ Un cobarde, en realidad. Y mientras estemos aquí, no va a poder lastimarte de nuevo.

La pequeña miró a su hermano mayor con sus grandes ojos llenos de tristeza, pero también de curiosidad. Damian sabía que no podía borrar lo que había sucedido, pero quería que ella supiera que no estaba sola.

─ ¿Sabes qué? ─dijo Damian, de repente levantándose y extendiendo una mano hacia ella.─ Ven, vamos a hacer algo divertido. No tienes que decirme que sí, pero confía en mí, te sentirás mejor.

Emmily lo miró con duda al principio, pero luego, después de unos segundos, tomó su mano con lentitud. Damian la levantó del suelo y la llevó al jardín. El aire fresco les dio un respiro, y Damian se dirigió hacia uno de los árboles que bordeaban el jardín de la mansión.

─ ¿Qué tal si jugamos a las escondidas? ─sugirió, tratando de sonar más entusiasta de lo que realmente se sentía.─ Te apuesto que no podrás encontrarme.

𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲'𝐬 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐬 {𝐁𝐫𝐮𝐜𝐞 𝐖𝐚𝐲𝐧𝐞}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora