𝐃𝐫𝐨𝐠𝐚𝐬

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El sonido suave de la lluvia golpeaba las ventanas de la Mansión Wayne mientras Bruce se despojaba de su abrigo húmedo, dejándolo en el perchero junto a la puerta

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El sonido suave de la lluvia golpeaba las ventanas de la Mansión Wayne mientras Bruce se despojaba de su abrigo húmedo, dejándolo en el perchero junto a la puerta. La pequeña Emmily ya estaba dormida en una de las habitaciones de invitados, tras lo que había sido una larga y agotadora noche. El silencio en la mansión era profundo, interrumpido solo por los pasos firmes de Bruce mientras se dirigía hacia el despacho.

Alfred estaba allí, como siempre, esperándolo. El mayordomo, impecable en su postura y atuendo, sostenía una taza de té humeante en sus manos, pero al ver la expresión de Bruce, supo de inmediato que algo más estaba ocurriendo.

─¿La pequeña está bien, señor? ─preguntó Alfred en tono preocupado, observando de reojo el pasillo que llevaba a las habitaciones.

─Está durmiendo ─respondió Bruce, con voz grave y cansada─. Pero su madre... eso es lo que me preocupa.

Bruce se dejó caer en la silla de su escritorio, frotándose el rostro con ambas manos antes de cruzar los brazos y mirar fijamente a Alfred. Había una carga emocional pesada sobre sus hombros, pero también una creciente preocupación por lo que había descubierto esa noche.

─Alfred, necesito que averigües todo lo que puedas sobre Sophie y en qué está metida ─dijo Bruce finalmente, con tono firme─. Algo no está bien. Ella apareció de la nada, desesperada por dinero, pero no me está diciendo toda la verdad.

Alfred, quien había estado escuchando atentamente, asintió con calma y colocó la taza de té sobre el escritorio.

─Entiendo, señor ─dijo, su voz llena de la eficiencia que siempre lo caracterizaba─. ¿Hay algún detalle específico que pueda ayudarme en la investigación?

Bruce se reclinó en su silla, recordando los momentos en el parque, las palabras entrecortadas de Sophie y el miedo evidente en sus ojos.

─Mencionó que debía mucho dinero... y que hay personas presionándola para que pague. No quiso decirme quiénes eran, pero está claro que está metida en algo peligroso. La forma en que lo dijo... estaba aterrorizada, Alfred. No solo por ella, sino por Emmily.

Alfred asintió de nuevo, con una ligera arruga en el ceño mientras consideraba la situación.

─Parece que la señora Sophie está en más problemas de los que querría admitir ─dijo Alfred con voz grave─. Me encargaré de investigar de inmediato. Si hay algo en su pasado reciente que pueda darnos una pista, lo encontraré.

Bruce permaneció en silencio durante unos momentos, sus pensamientos nublados. Aunque era algo que ya había enfrentado antes —la aparición inesperada de un hijo—, esta vez parecía diferente. La situación de Sophie no era solo un asunto emocional o personal; tenía implicaciones mucho más profundas. Y ahora, con la pequeña Emmily en medio de todo, Bruce no podía darse el lujo de cometer errores.

─Hazlo discretamente, Alfred ─dijo finalmente, con la mirada fija en un punto en la distancia─. No quiero que Sophie sepa que estamos investigando. No todavía.

𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲'𝐬 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐬 {𝐁𝐫𝐮𝐜𝐞 𝐖𝐚𝐲𝐧𝐞}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora