𝐎𝐬𝐨 𝐝𝐞 𝐩𝐞𝐥𝐮𝐜𝐡𝐞

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Bruce caminaba por los pasillos del edificio con Emmily tomada de la mano

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Bruce caminaba por los pasillos del edificio con Emmily tomada de la mano. La pequeña, aunque normalmente vivaz, parecía más tranquila ese día. Sabía que iban camino a su terapia semanal, una rutina que se había convertido en parte de su vida desde que todo lo sucedido con el Joker la había afectado tanto.

─ ¿Estás lista, Emm? ─preguntó Bruce suavemente, mirando a su hija. Sabía que a veces se ponía nerviosa antes de las sesiones.

Emmily no respondió con palabras, simplemente asintió con la cabeza y apretó un poco más la mano de su padre. Bruce la observó con preocupación. Desde el incidente, su hija no había sido la misma. Las noches de pesadillas, el temor casi constante… No podía evitar sentir que todo era su culpa, como si no hubiera sido capaz de protegerla lo suficiente.

Llegaron a la puerta de la oficina de la terapeuta. Bruce tocó suavemente, y una voz cálida desde el interior los invitó a pasar.

─ Buenas tardes, Bruce. Hola, Emmily ─saludó la terapeuta, una mujer de cabello castaño y sonrisa tranquila que ya había ganado la confianza de Emmily en los meses anteriores.─ ¿Cómo están hoy?

─ Hemos tenido días difíciles, pero ella está resistiendo. Pensé que la terapia de hoy le haría bien ─respondió Bruce, soltando suavemente la mano de Emmily para que pudiera caminar sola hacia su asiento favorito, una pequeña silla acolchada cerca de una mesa con juguetes.

Emmily se sentó y comenzó a tocar uno de los muñecos en la mesa, pero no dijo nada. La terapeuta, que ya estaba acostumbrada a su comportamiento reservado, no forzó ningún tema de inmediato.

─ Me alegra verte aquí, Emmily ─dijo suavemente mientras se acercaba y tomaba asiento frente a ella.─ ¿Cómo te has sentido esta semana?

Emmily levantó la vista, su mirada era un poco vacía, pero después de unos segundos, levantó los hombros en un gesto de indiferencia. No quería hablar, pero la terapeuta sabía que era un paso importante que estuviera allí.

Bruce observaba desde una silla en la esquina de la habitación, su expresión preocupada nunca se desvanecía del todo. Sabía que la terapia era un proceso, pero ver a su hija tan apagada le rompía el corazón.

─ Sé que ha sido difícil, pero hoy me gustaría que intentáramos hablar sobre las cosas que te hacen sentir mejor. ¿Qué cosas disfrutas, Emmily? ─preguntó la terapeuta con delicadeza.

Emmily no respondió de inmediato, pero después de un momento, señaló tímidamente el peluche que sostenía.

─ ¿Te gusta jugar con tus muñecos? ─preguntó la terapeuta con una sonrisa suave.

La pequeña asintió, apretando el peluche con fuerza entre sus brazos. Era su forma de comunicarse cuando las palabras le faltaban, y tanto Bruce como la terapeuta lo sabían bien.

─ Eso es algo muy bueno. Los juguetes nos ayudan a sentirnos seguros cuando las cosas afuera son difíciles. ¿Te gustaría contarme una historia sobre tu peluche?

𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲'𝐬 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐬 {𝐁𝐫𝐮𝐜𝐞 𝐖𝐚𝐲𝐧𝐞}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora