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Lincoln, con una mezcla de nervios y emoción, se acercó a Jenny, quien seguía firmando autógrafos para los fanáticos a su alrededor. Se tomó un momento para buscar en su bolsillo algo en lo que Jenny pudiera firmar, encontrando finalmente un cuaderno pequeño que llevaba consigo.

Lincoln: "Disculpa, Jenny. ¿Podrías firmarme un autógrafo?"

Jenny, siempre sonriente, le dirigió una cálida mirada y tomó el cuaderno.

Jenny: "¡Por supuesto! Siempre es un placer conocer a alguien nuevo."

Mientras Jenny firmaba su cuaderno, Luna miraba a su alrededor, algo confundida. Luego, giró hacia Lincoln con una expresión de curiosidad.

Luna: "Oye, Lincoln... ¿por qué es tan famosa esta chica robot? Parece normal, solo que... de metal."

Lincoln soltó una pequeña risa antes de explicarle.

Lincoln: "Bueno, Jenny no es cualquier robot. Es una heroína. Ha salvado la ciudad un montón de veces de todo tipo de amenazas. Además, es súper amable y está siempre dispuesta a ayudar a los demás."

Luna miró a Jenny de nuevo, esta vez con algo más de admiración.

Luna: "Ah, entiendo. Supongo que ser una heroína robótica es bastante genial."

Jenny terminó de firmar y le entregó el cuaderno a Lincoln.

Jenny: "¡Aquí tienes, Lincoln! Sigue siendo tan genial como siempre."

Lincoln, agradecido, tomó el cuaderno y sonrió.

Lincoln: "¡Gracias, Jenny!"

Con el autógrafo en mano, Lincoln y Luna comenzaron a alejarse, mientras Luna todavía reflexionaba sobre lo que Lincoln le había contado.

Mientras se alejaban del grupo de personas, Luna caminaba a un lado de Lincoln, aún intrigada por todo lo que acababan de ver. Giró hacia él, intentando romper el silencio.

Luna: "Bueno, ¿y ahora qué vamos a hacer, Lincoln? Ya has cumplido tu promesa de pasear conmigo."

Lincoln estaba a punto de responder cuando su teléfono comenzó a sonar. Sacó el dispositivo de su bolsillo y vio que era su madre, Rita, quien lo estaba llamando. Sintió un pequeño nudo en el estómago al recordar que había prometido no tardarse tanto.

Lincoln: "Es mi mamá... espera un segundo."

Contestó la llamada y escuchó la voz de su madre, claramente preocupada.

Rita (por teléfono): "Lincoln, ¿dónde estás? Ya es muy tarde. Deberías estar en casa, hijo. Regresa ya, por favor."

Lincoln asintió, aunque su madre no podía verlo.

Lincoln: "Sí, mamá. Lo siento. Ya estamos regresando."

Colgó el teléfono y se volvió hacia Luna, quien lo miraba con una sonrisa divertida.

Luna: "Parece que te has metido en problemas, Lincoln."

Lincoln: "Algo así. Pero no te preocupes, ya me las arreglo. Vamos, tenemos que volver a casa antes de que mamá se preocupe más."

Ambos comenzaron a caminar de regreso, acelerando un poco el paso, mientras el cielo ya mostraba los colores del atardecer.

Cuando Rita escuchó a Lincoln decir "ya estamos regresando", algo dentro de ella la hizo fruncir el ceño. Colgó el teléfono y quedó pensativa por un momento.

Rita (en voz baja): "¿Nosotros? ¿Por qué dijo nosotros? Se supone que Lincoln iba a regresar solo... ¿Quién estará con él?"

La preocupación comenzó a crecer en su mente. Conociendo a su hijo, no descartaba que estuviera metido en alguna situación poco común o acompañando a alguien que ella no conocía. Decidió esperar pacientemente, pero no pudo evitar imaginar qué o quién podría estar con él.

yo solo quería una novia no un "harem" Pero me gusta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora